Una estricta higiene, recambio completo de ropa de blanco, distanciamiento social en espacios comunes, una modalidad aceitada en el caso de que surja un caso sospechoso de coronavirus y, para los hoteles, tomas de fiebre a los pasajeros a lo largo de la estadía, para descartar síntomas. Ésos son los principales lineamientos de los protocolos que los distintos tipos de alojamiento están debatiendo en esta ciudad, de cara a una futura flexibilización de la actividad turística.

En realidad, El Ente Mixto de Promoción Turística (Emprotur) contrató a dos expertos que diseñan estrategias sanitarias, ayudan a ponerlas a práctica, y, luego de fiscalizar su cumplimiento, otorgan un sello de calidad que distinguiría al destino. Los profesionales son la licenciada en turismo Patricia Molina y su par en comercialización y auditor de sistemas de gestión de calidad Germán Treuer. Ambos trabajaron con una dinámica similar en Villa Gesell, el balneario de la costa bonaerense, que fue el primero a nivel país en contar con ese distintivo, tras adoptar las medidas propuestas por ellos.

“Ahora todo está en etapa de análisis, de debate con los prestadores. Los protocolos se les enviaron a los distintos alojamientos y, a través de reuniones virtuales, ellos están hablando con los expertos y sacándose dudas, proponiendo y descartando propuestas” explicó Marisol Martínez, la titular de la cartera de turismo municipal. “Esos encuentros comenzaron por estos días, y se harán varios, porque son muchos los propietarios, sobre todo en el rubro de complejos y departamentos” agregó la funcionaria.

Justamente, con respecto a este último rubro, que es el que mayor cantidad de camas le aporta al sector, las medidas sugeridas no serían de difícil puesta en práctica, pero obligarían a los comerciantes a efectuar inversiones.

“Por caso, cambia el manejo de la ropa de blanco. Se tienen que incorporar cubre almohadas y cubre colchones. Y la sanitización de todos los ambientes obliga a contar con un personal doméstico que trabaje más horas, hay que hacer un recambio más estricto de la ropa de blanco, porque entre pasajero y pasajero no sólo se deberán cambiar sábanas sino también acolchados y la ropa de abrigo completa” manifestó Carlos Rivas, uno de los referentes de la asociación de extrahoteleros, que es la que nuclea a los dueños de casas y departamentos de alquiler.

“Todavía no realizamos una reunión con los integrantes de la Asociación-completó el hombre-estamos esperando que termine la rueda de videoconferencias, pero es probable que, luego, realicemos un planteo para ver si nos respaldan desde el Estado con algún tipo de crédito o aporte que nos permita realizar las inversiones que se necesitarán. Porque nosotros como rubro no hemos podido ingresar en las opciones que habilitó Nación” adelantó Rivas.

El sector hotelero, por su parte, tiene normas de cumplimiento más estricto. Debido a las zonas de uso común, las dependencias deberán garantizar las distancias requeridas, tendrán que identificar espacios para evitar acercamientos inadecuados y establecer, por caso, varios turnos a la hora de desayunar, almorzar o cenar.

Además, deberán destinar un espacio para que, en el caso de que exista un caso sospechoso de la enfermedad, la persona aguarde aislada allí hasta que llegue el personal de salud.

“Esto implica más rotación de personal en nuestros hoteles, realizar algunas señalizaciones y pequeñas reformas para garantizar el uso adecuado de los espacios, y establecer una dinámica de trabajo diferente a la acostumbrada. Pero habrá que incorporarlo” opinó Walter Zonco, el dueño de un hotel del balneario.

Lo cierto es que, por ahora, los protocolos sugeridos son materia de análisis, y habrá que esperar unos días para saber cuáles serán las medidas que pasarán a ser de cumplimiento obligatorio para cada rubro.