La firma textil de Río Grande opera con una dotación mínima tras la desvinculación de 22 operarios. Roberto López, secretario general de la Asociación Obrera Textil, apuntó contra las importaciones y reclamó una intervención urgente del Gobierno.

La crisis del sector textil en Tierra del Fuego se profundiza, y la situación de Fabrisur se ha convertido en un caso testigo del deterioro que atraviesan las industrias locales. La empresa, que supo contar con casi 90 trabajadores, hoy funciona con apenas 14 o 15 operarios luego de una nueva ola de desvinculaciones.

Así lo confirmó el secretario general de la Asociación Obrera Textil (AOT), Roberto López, quien en diálogo con FM La Isla explicó que “los dueños vinieron de Buenos Aires y nos informaron que debían reducir personal para seguir funcionando. Hablaron con 22 operarios, se llegó a un acuerdo y se retiraron”.

López detalló que la reducción de personal comenzó en 2023, luego de que la firma quedara fuera del subrégimen industrial, y que desde entonces no lograron recuperar el volumen de producción. Fabrisur tejía tela para camisetas de la marca Adidas, pero la caída en los pedidos y la apertura de importaciones golpearon fuertemente su operación. “Abrir las importaciones es una locura, ya lo vivimos y no funcionó. Hoy las textiles argentinas no pueden competir con lo que viene de afuera”, advirtió.

La preocupación del gremio va más allá de Fabrisur. López reveló que mantuvo conversaciones con el gobernador Gustavo Melella y la ministra Sonia Castiglione para buscar una solución que frene el colapso del sector: “Nos sacudieron fuerte. De 600 compañeros que teníamos en AOT, quedamos apenas 200. Si esto sigue así, se van a ir todas las empresas”.

En ese sentido, remarcó la necesidad de que el Gobierno provincial interceda ante Nación: “Como gremio podemos hacer asambleas o ir al Ministerio, pero eso no basta. La llave para llegar al Gobierno nacional la tiene el gobernador, como lo hizo en 2023 para conseguir el decreto que nos reincorporó al subrégimen”.

El dirigente también mencionó el caso de Australtex como una excepción dentro del panorama crítico: “Están trabajando con una cautelar y tomando gente, lo que indica que están vendiendo algo. Por lo menos, siguen peleándola”. No obstante, sostuvo que en Fabrisur la situación es mucho más delicada: “La empresa no lo dice abiertamente, pero están especulando. Si esto no repunta, podrían cerrar en diciembre. Mientras tanto, operan con lo mínimo”.

Finalmente, López dejó una advertencia: “Esto no da para más. Si el gobierno no cambia su postura frente a la industria nacional, no vamos a tener a quién representar. Las fábricas se van, los puestos se pierden, y el tejido social se rompe”.