El secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de la República Argentina, Abel Furlán, expresó una dura crítica a la política económica nacional y alertó sobre el impacto directo que —según afirmó— ya se siente en el régimen industrial de Tierra del Fuego. Lo hizo durante una entrevista emitida por América TV, donde analizó la apertura de importaciones, la caída del salario real y la situación de la industria electrónica.

Furlán señaló que la presión del Gobierno sobre las empresas del subrégimen fueguino está derivando en decisiones que afectan el empleo. Según aseguró, las compañías ya evalúan reducir producción y modificar procesos, lo que provocaría una pérdida masiva de trabajo local. “Las empresas, por presión del propio Gobierno Nacional, están poniendo en riesgo casi el 30% de los puestos de trabajo”, afirmó.

El dirigente recordó que existía un compromiso para sostener el esquema hasta el 31 de marzo de 2026, pero advirtió que ese acuerdo quedó debilitado ante las nuevas medidas. En ese sentido, explicó que el ingreso de productos con mayor grado de componente armado afecta directamente a las plantas radicadas en Río Grande y Ushuaia: “Cada vez los celulares van a venir con mayor componentes armados y eso va a destruir el entramado laboral muy importante”, sostuvo.

Furlán enmarcó esta situación dentro de un proceso nacional de desindustrialización potenciado por la apertura indiscriminada de las importaciones. Mencionó ejemplos como el caso Whirlpool y la caída de la demanda interna, factores que —según dijo— repercuten en toda la cadena metalúrgica del país.

Además, remarcó que la crisis productiva no es responsabilidad de los trabajadores ni de los convenios laborales, sino de la política económica vigente:
“No somos los trabajadores ni los derechos laborales el problema. Acá es la política económica. Somos víctimas, somos los que estamos sufriendo las consecuencias”, expresó.

El titular de la UOM también advirtió que el salario industrial perdió representatividad y poder de compra, una tendencia que golpea a Tierra del Fuego al disminuir el consumo y frenar la actividad. Criticó la falta de un debate serio sobre el desarrollo productivo nacional y la ausencia de políticas industriales que protejan el mercado interno.

Finalmente, advirtió que si la tendencia continúa, los efectos sociales serán profundos:
“Estamos destruyendo el círculo virtuoso de la economía”, insistió, señalando que el país se encamina a “tierra arrasada” si no se modifica el rumbo.