"Legislar desde un escritorio, sin conocer el país, deja víctimas en el camino". Con esa frase, Luis Sosa, secretario general del Sindicato del Petróleo y Gas Privado, sintetizó la preocupación creciente por la salida de YPF de las áreas que actualmente opera en Tierra del Fuego. En una entrevista Fm La Isla, Sosa confirmó que la petrolera estatal dejará esas zonas en junio de 2027, y que la empresa provincial Terra Ignis tomará el control junto con un socio privado que aún no fue confirmado.

"Nos enteramos que a fines de este año YPF ya tendría que empezar a desprenderse, y que el Estado provincial va a asumir la gestión. Pero Terra Ignis no explora, no perfora, no tiene equipos ni pozos. Será una administradora que necesita una empresa sólida que invierta", advirtió el dirigente sindical.

El panorama, sin embargo, es de incertidumbre. Todavía no hay certezas sobre quién será el socio de Terra Ignis. Circularon nombres de empresas canadienses, árabes, incluso italianas, pero Sosa aclaró que “ninguna de esas” es la que manejan internamente. Se habló también de Huinoil pero Sosa la descartó como posible operadora: “Es una empresa de servicios, no de exploración ni explotación”.

La preocupación principal pasa por los trabajadores. "No hay números concretos sobre cuántos pueden quedar afuera, pero nuestra intención es clara: no queremos despidos. Tanto YPF como nosotros tenemos mucha gente trabajando en esas áreas", enfatizó.

Según Sosa, el gobernador ya se reunió con el sindicato y planean mantener una nueva mesa de negociación en Buenos Aires la próxima semana. Allí también estarán presentes representantes de YPF y se espera conocer el nombre de la empresa privada que podría acompañar a Terra Ignis en la explotación de los yacimientos.

El futuro de estas áreas, conocidas como Andes I y II, así como el tratamiento del pasivo ambiental y laboral que dejará YPF, son los principales ejes de la negociación. Sosa fue tajante: "YPF se va. Ya lo sabemos por lo que está pasando en Santa Cruz y parte de Chubut. No hay señales de continuidad".

Además, el sindicalista deslizó que hay condicionamientos geopolíticos para la elección del nuevo socio: "El gobierno nacional no quiere empresas chinas porque afecta su relación con EE.UU., ni árabes porque afecta su vínculo con Israel. Prefieren empresas estadounidenses o británicas". Para Sosa, eso limita las opciones: "Claro que influye. El poder central tiene peso en las decisiones que se tomen acá".

El reloj corre y los plazos se acortan. Tierra del Fuego deberá resolver no solo quién reemplazará a YPF en los yacimientos, sino también cómo garantizar la estabilidad de los trabajadores. "Son negociaciones largas", cerró Sosa, quien viajará la semana próxima a Buenos Aires para reunirse con el gobernador y representantes del sector.