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Interes General

¿Salen realmente $ 1 los vuelos que ofrecen las low cost?

En algunos casos el valor del pasaje es efectivamente el declarado, pero hay cupos reducidos para conseguirlos. ¿Es sustentable este modelo para las empresas?

 

En el caso de Flybondi, el sábado largó la campaña con 5.000 tickets y los asientos que quedan hasta mañana ya son muy pocos. Los destinos disponibles en este caso son Bahía Blanca, Bariloche, Buenos Aires, Córdoba, Corrientes, Jujuy, Mendoza, Neuquén, Posadas, Puerto Iguazú, Rosario, Salta, Jujuy, Santiago del Estero, Trelew, Tucumán, y Asunción (Paraguay).

 

¿Cuesta en verdad $ 1?

La primera pregunta que surge ante tan insólita promoción es si efectivamente el valor final que paga el pasajero es $ 1. En el caso de JetSmart ese es concretamente el verdadero importe neto, pero en Flybondi hay que sumar tasas aeroportuarias e impuestos que dejan el desembolso final en $ 211, como aclara la empresa en sus publicidades.

 

Aunque en ambos casos los valores son muy bajos, estos pasajes tienen por otra parte algunas restricciones de acceso: deben comprarse con al menos 30 días de anticipación y junto a otro pasaje de ida o vuelta de valores standard.

 

Además, es díficil conseguirlos porque la oferta de rutas con estas promociones es limitada: se trata de un cupo chico que va repartiéndose entre distintos vuelos. Según la directora de Comunicaciones de Flybondi, Lucía Ginzo, estos cupos “van asignándose según la época del año, ruta, frecuencia, y horario; sin una regla fija”.

 

Por otro lado, Estuardo Ortiz, CEO de JetSmart, aclaró que la tarifa de $ 1 “sólo incluye el transporte” sin los adicionales que deben pagarse aparte, como elegir un asiento especial, hacer check-in presencial, despachar equipaje, consumo a bordo, etc.

 

En el caso de Flybondi, al entrar en su página web la frecuencia de aparición de estos viajes es muy limitada: se muestra uno cada 3 o 4 meses, aunque la cantidad aumenta un poco más al alejarse en el tiempo. Al seleccionar el día de vuelo, efectivamente el pasaje a $1 ($ 211 real) sólo puede comprarse con otro boleto de vuelta, que en el caso de Buenos Aires-Iguazú para julio es de $ 1.749.

 

Aceptados estos valores, hay que detallar algunos de los adicionales que quieren contratarse, que incluyen equipaje en cabina hasta 9 kg ($ 450), equipaje en bodega hasta 12 kg ($ 400), equipaje en bodega hasta 20 kg ($ 660), exceso de equipaje ($ 200), equipo deportivo o musical ($ 500), embarque preferente -subir sin colas- ($ 100), café o té a bordo ($ 40), check-in en aeropuerto ($ 90), o mascota a bordo ($ 1.000). Si se sumara cada uno de estos ítems a los pasajes, el valor final rondaría los $ 5.200.

 

En la página de JetSmart es más difícil buscar la promoción porque para saber los precios hay que ir entrando en un día específico del almanaque: no se puede ver la lista completa de precios en el calendario como en la web de Flybondi. Sin embargo, existe la opción de registrarse para recibir alertas por e-mail cuando haya alguna oferta de $ 1 disponible.

 

Estrategia comercial

Otra de las preguntas que surge ante la insólita promoción es si es redituable para las empresas ofrecer asientos a $ 1. Por empezar, como se explicó antes, las compañías pueden recuperar parte del costo con la venta de adicionales, que elevan considerablemente el valor final.

 

Pero incluso si el pasajero no contratara ningún adicional y sólo pagara el valor del pasaje, la medida no tiene costos para las empresas porque los asientos vendidos son los que quedaron vacíos por no llegar a cubrirse el cupo del avión a tarifa normal.

 

Así, ofreciendo una tarifa baja las low cost pueden llenar ese cupo de asientos desaprovechados como una estrategia para captar y fidelizar clientes. \"Se apunta a generar nuevo tráfico, a atraer clientes que antes no viajaron en avión o lo hicieron poco, y generar un conocimiento de la empresa. Las tarifas simbólicas a $ 1 son para difundir que cualquiera puede viajar en avión y cambiar el paradigma de que si pagás poco perdés calidad\", sostuvo Ortíz.

 

Por su parte, Ginzo afirmó que “este tipo de campañas son muy comunes en EE.UU. o Europa, donde los fines de semana se pueden ver pasajes por valores similares a los que ofrecemos”. “Nunca se va a vender un avión completo a $ 1, tomamos siempre un promedio de los asientos por avión que sabemos que no se llenan y sobre eso trabajamos las campañas”, agregó.

 

Así, explicaron desde una low cost, si un avión tiene 189 asientos, el modelo estimativo es vender un 50% a precio full, un 20% con un descuento mínimo, un 10% con una rebaja mayor, y el resto repartirlo en tarifas promocionales más agresivas, como las de $ 1.

 

 

Diferencia de costos

Otra pregunta que suele surgir respecto a los low cost es cómo pueden sustentar la gran diferencia de precios que ofrecen respecto a las aerolíneas tradicionales. Según Flybondi y JetSmart, el modelo de precios bajos se basa en un manejo más eficiente de costos en los siguientes ejes:

 

1) Cantidad de empleados: Por cada avión una low cost tiene entre 40 y 50 empleados, cuando una aerolínea tradicional puede llegar a más de 150.

 

2) Misma flota: Las low cost manejan una sola flota de aviones. Esto implica menores costos en mantenimiento, repuestos, y capacitación que los de las aerolíneas tradicionales, que suelen tener distintos tipos de aeronaves.

 

3) Más capacidad: Los aviones de la low cost tienen 189 asientos, contra 150 de las aerolíneas tradicionales. Esta mayor capacidad ganada, aseguran en Flybondi, “significan varios millones al año de diferencia respecto a una aerolínea tradicional”.

 

4) Más vuelos: Las low cost buscan que el tiempo de embarque y desembarque no exceda los 30 minutos, contra las dos o tres horas que puede demorar una aerolínea tradicional. La base de esto es la necesidad de hacer la mayor cantidad de vuelos posibles -siempre en un solo tramo y sin escalas- para compensar por volumen el menor precio de los pasajes. Según Ortíz, el tener más asientos y despegues por día le da a JetSmart “una ventaja de costo de 30% o 35% respecto a una aerolínea común”.

 

5) Sin escalas: Desde Flybondi explicaron que, como sus vuelos no tienen escalas, “eso implica que todo el personal vive cerca de los aeropuertos y se ahorra así en hoteles, viáticos, etc.”.

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