El Pastor de Maremma es una raza de mastín originaria de Italia central, que ha sido utilizada por los pastores durante siglos para defender a los rebaños de los lobos.
“No es un perro de trabajo que ordena el piño con silbidos, como los empleados en la estepa austral, sino que un cuidador innato, instintivo. Es tal su mimetismo y vínculo con el rebaño, que lame las crías al nacer y se come la placenta de la oveja. De aspecto rústico y ladrido poderoso, espanta a los enemigos para que el rebaño paste tranquilo”, dice el sitio “biobiochile.com”.
“He repartido 700 perros entre los productores y bajamos en más de un 90% la muerte de animales por causa de los depredadores”, contó Andrés Ganzábal, ingeniero agrónomo del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) de Uruguay, ante cinco pequeños ganaderos de Tierra del Fuego chilena que realizaron una gira técnica de 12 días a ese país -en el marco del Programa de Transferencia para el Desarrollo Tecnológico y Productivo de la Agricultura Familiar Campesina de Magallanes, impulsado por Indap y el Gobierno Regional- para conocer la experiencia de sus pares.
El profesional habla orgulloso de este animal, que se confunde entre las ovejas y recorre entre 15 y 25 kilómetros en una noche para ahuyentar a los depredadores. “Es un atleta de tiempo completo, al servicio de nuestros ovinos”, precisa.
“Lo importantes es una buena crianza, la impronta”, dice mirando fijo a sus interlocutores. Y repite: “Buena crianza. De lo contrario, mejor ni intentarlo”.
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