Se trata de un empleado de la empresa petrolera ENAP, quien pasó unos días en la ciudad de Ushuaia,  y de regresó transitó por Río Grande. El hombre presentó síntomas y dio positivo en el test de COVID-19.

El hecho trascendió tras la publicación del diario digital de Chile “el Pingüino” en su edición del día de ayer (24 de marzo) que tituló “Coronavirus golpea a ENAP y eleva a ocho la cifra de contagiados en la Región de Magallanes”.

De igual modo publicó el sitio “Radio Polar” al advertir que “OCHO SE ELEVAN LAS PERSONAS INFECTADAS CON COVID-19 EN LA REGIÓN” y que están “vinculadas a la empresa ENAP”.

“En su edición del día La Secretaría Regional Ministerial de Salud de Magallanes informa que se recibió la notificación de 2 nuevos casos positivos a COVID-19. Luego de verificar que se realizó el procedimiento de notificación a los pacientes por parte del establecimiento de salud donde se atendieron, como establece el protocolo, informamos a la comunidad que se trata de un hombre de 31 años de edad, el cual trabaja de operador en el campamento San Gregorio de ENAP, el que presenta antecedente de viaje de turismo a Ushuaia”, informo el mencionado sitio de chile.

La noticia generó preocupación entre los empleados que trabajan en el petróleo en la zona norte de Río Grande, dado que existe una circulación de personal entre la plantas que tiene ENAP en Tierra del Fuego  y las plantas de YPF ubicas en la zona de Cullen.

Según transcendió, los camiones de la empresa ENAP (Chile ) llegan a “cargar crudo” a la planta de Cullen donde trabajan vecinos de la ciudad de Río Grande. Durante el proceso de carga en los camiones cisternas -que puede durar varias horas- los empleados de ambas empresas tienen contacto directo, sin ningún tipo de control epidemiológico.

Tras conocerse el reciente hecho que dos empleados de la empresa ENAP dieron positivo en Coronavirus, surgió la inquietud entre los trabajadores de Cullen de ser potenciales víctimas de contagios del virus .

 Cabe recordar que los empleados de las petroleras viajan a diario en combis privadas desde Río Grande al campo sin pasar por la frontera, ni controles de salubridad.