Cada 25 de mayo, la Argentina conmemora un acontecimiento clave de su historia: la conformación del primer gobierno patrio en 1810. Este hecho, ocurrido en el Cabildo de Buenos Aires, significó el fin del gobierno virreinal español en el Río de la Plata y el comienzo del proceso hacia la independencia nacional.

En ese contexto, influenciado por las ideas de la Ilustración, las revoluciones de Estados Unidos y Francia, y el debilitamiento del poder español tras la invasión napoleónica a la península ibérica, los criollos comenzaron a reclamar mayor participación en los asuntos políticos y administrativos del virreinato.

El 25 de mayo de 1810, tras una semana de intensos debates, movilizaciones y tensiones políticas conocida como la Semana de Mayo, el virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros fue destituido. En su lugar, se creó una junta de gobierno integrada por representantes locales, entre ellos Cornelio Saavedra, Manuel Belgrano, Juan José Castelli y Mariano Moreno. Así nació la Primera Junta, un órgano colegiado que dio el primer paso hacia el autogobierno.

Si bien la independencia formal de Argentina no se declararía hasta el 9 de julio de 1816, la fecha del 25 de mayo es considerada el punto de partida del proceso emancipador. Representa el momento en que por primera vez se ejerció el poder político sin intervención directa de la corona española.

Por eso, el 25 de mayo no es solo una fecha patria. Es símbolo de soberanía, participación popular y construcción de identidad. En cada rincón del país, se recuerda con actos escolares, celebraciones cívicas y actividades culturales que revalorizan el sentido de pertenencia y el compromiso con la historia nacional.

El espíritu de aquel 25 de mayo sigue vivo en la memoria colectiva como un recordatorio de que los grandes cambios nacen de la decisión de los pueblos.