Dormir la siesta no es tan bueno como parece: esto dicen los especialistas
Las siesta es parte de la rutina diaria de muchas personas, ya que creen que es útil para recargar energías. Sin embargo, algunos estudios demostraron que esta actividad puede influenciar de manera negativa en la salud.
¿Cómo impacta en la salud la siesta?
Si bien la comunidad científica aún no determinó completamente la extensión de su influencia ni hasta qué punto puede afectar la salud y la enfermedad, la investigación médica arroja datos que indican efectos en ambos sentidos: tanto en exceso como en escasez.
Un reciente estudio publicado en la revista Obesity reveló que las siestas prolongadas aumentan el riesgo de obesidad en un 23%, mientras que las siestas cortas se asocian con un menor riesgo de presión arterial alta. Según los expertos, una siesta breve (menos de 30 minutos), realizada en un sillón en lugar de la cama, durante el mediodía o las primeras horas de la tarde, puede resultar reconfortante y contribuir a mejorar la atención. Otro estudio, mencionado en la revista asociada a la Asociación Americana del Corazón, dormir siestas con regularidad puede afectar la presión arterial alta y un mayor riesgo de padecer accidentes cardiovasculares. En esta investigación se analizaron los datos proporcionados por 360.000 participantes acerca de sus hábitos de siesta al Biobanco del Reino Unido (UK Biobank), que es una gran base de datos biomédica y recurso de investigación del país británico. Los resultados de la investigación mostraron que las personas que tenían el hábito de tomar siestas regularmente tenían un aumento del 12% en las probabilidades de desarrollar hipertensión arterial a lo largo del tiempo, así como un aumento del 24% en las probabilidades de sufrir un derrame cerebral en comparación con aquellos que nunca habían tomado siestas.
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