Aníbal Lazzarini se refirió a un reciente caso que llegó a la justicia en Río Grande, donde un adulto fue acusado de mantener contacto en redes sociales con menores de edad, aunque finalmente se determinó que había sido engañado en su buena fe a través de un perfil falso.

Según explicó, la situación se originó como una “broma” realizada por niñas que, haciéndose pasar por personas adultas, lograron entablar conversación con un hombre creyendo que interactuaba con alguien de su misma edad. El hecho fue advertido por los padres de las menores, quienes, preocupados, realizaron la denuncia correspondiente.

Lazzarini destacó que la investigación judicial actuó con celeridad y permitió esclarecer que el adulto involucrado no tenía responsabilidad penal: “Es importante marcar que tanto la fiscalía como la división de delitos complejos lograron determinar estas situaciones anómalas que probaban la inocencia de esta persona”, señaló.

El letrado subrayó que no corresponde trasladar responsabilidad legal a los padres en este tipo de situaciones, dado que las menores actuaron en forma oculta, y diferenció el caso de otros como el ciberbullying, donde sí podría plantearse una corresponsabilidad adulta.

“No es un tema para alarmarse, pero sí para tener en cuenta”, enfatizó Lazzarini, quien llamó a los adultos responsables a mantener diálogo constante con los hijos e hijas sobre los riesgos del uso de la virtualidad.

Finalmente, celebró que la justicia haya evitado una condena injusta: “Si se actuara automáticamente con sanciones judiciales, podríamos haber tenido a un inocente detenido”, remarcó.