
En medio de un contexto geopolítico sensible, el buque polar británico RRS Sir David Attenborough volvió a generar polémica tras ser detectado navegando por territorio marítimo argentino con bandera de las Islas Malvinas, una insignia que Argentina no reconoce y ha declarado ilegal.
Según datos del portal especializado MarineTraffic, la embarcación partió de Puerto Argentino en las islas del Atlántico Sur, se dirigió hacia la base antártica británica Rothera y, en su trayecto, realizó una parada en Punta Arenas, Chile, sin que se le impusieran restricciones de tránsito, ni por parte del gobierno nacional ni de las autoridades provinciales.
Este episodio, expuesto por el sitio Escenario Mundial, se suma a antecedentes recientes: situaciones similares ocurrieron durante los meses de enero de 2023, 2024 y 2025, en los que el mismo buque transitó desde Malvinas hacia Chile cruzando el Estrecho de Magallanes y luego retornando por el mismo corredor.
La reacción oficial volvió a estar marcada por la ausencia de declaraciones. No obstante, en ocasiones anteriores, el gobierno nacional defendió su inacción amparándose en la figura de “paso inocente”, al considerar que “dado que el paso inocente exige una navegación ininterrumpida, la embarcación no puede ser interceptada ni su tránsito impedido”.
El RRS Sir David Attenborough, operado por el British Antarctic Survey, está diseñado para misiones científicas en regiones polares y cuenta con una eslora de 129 metros, autonomía de 19.000 millas náuticas y tecnología de punta para estudios ambientales. El 25 de mayo pasado, su presencia en Punta Arenas coincidió con los actos conmemorativos del Día del Patrimonio Naval y Marítimo, donde la nave británica atracó en el Muelle Prat, llamando la atención por su porte y bandera.
No es la primera vez que Punta Arenas recibe presencia británica con símbolos que Argentina considera ilegítimos. El pasado 13 de febrero, un avión militar Airbus A400M Atlas de la Royal Air Force con matrícula ZM421 aterrizó en esa ciudad tras sobrevolar el espacio aéreo argentino sin información oficial sobre los motivos de su viaje.
Estos movimientos británicos, sin restricciones ni reclamos visibles, continúan encendiendo las alarmas en sectores que exigen una política exterior más firme en defensa de la soberanía y del marco legal argentino sobre sus espacios marítimos.
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