
La nomofobia —miedo irracional a estar sin el celular, quedarse sin señal o sin conexión a internet— es una de las adicciones tecnológicas más comunes de la actualidad, especialmente entre adolescentes y jóvenes. Esta conducta, cada vez más extendida, forma parte del grupo de nuevos consumos problemáticos vinculados a la tecnología, junto a la ludopatía digital y el uso excesivo de pantallas.
Los especialistas advierten que este tipo de adicción puede derivar en síntomas como insomnio, despertares nocturnos para chequear el teléfono, ansiedad, angustia, depresión, e incluso manifestaciones físicas como dolor en el pecho, respiración agitada, sudoración y mareos. Además, el uso compulsivo del celular afecta directamente la autoestima, la confianza en uno mismo y genera una necesidad constante de validación externa.
Uno de los comportamientos más frecuentes asociados a esta adicción es el malestar por la falta de respuesta inmediata en redes o mensajería. La frase “me clavaron el visto” se ha transformado en una fuente cotidiana de angustia social, donde la inmediatez se vuelve una exigencia emocional.
Para enfrentar este fenómeno, los profesionales recomiendan iniciar hábitos conscientes y progresivos de desconexión, siempre bajo acompañamiento terapéutico cuando sea necesario. Entre las sugerencias, se destaca limitar el tiempo de uso diario, reducir al mínimo las notificaciones automáticas, evitar usar el celular como despertador, y retirarlo del dormitorio durante la noche. Utilizar un reloj tradicional puede ser una alternativa efectiva.
También se aconseja realizar actividades al aire libre sin llevar el celular, como caminatas o senderismo, para generar momentos reales de desconexión y recuperar el contacto con el entorno sin depender de dispositivos.
Respecto al uso en las infancias, se desaconseja el acceso a un teléfono celular antes de los 12 años, para evitar el llamado “multitasking digital”, que provoca dispersión, falta de concentración y sobreestimulación. Se sugiere que los niños puedan usar dispositivos de sus padres bajo supervisión y con tiempos establecidos. A la hora de dormir, es importante que el celular se apague y se guarde fuera del alcance de los menores.
La nomofobia es una señal de alerta sobre el vínculo que la sociedad mantiene con la tecnología, y su abordaje requiere responsabilidad, límites saludables y acompañamiento familiar para prevenir consecuencias emocionales y conductuales más graves.
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