Con el tiempo, las personas empiezan a notar que olvidan dónde dejaron las llaves, cuándo fue la última vez que hicieron una actividad o el nombre de una persona que conocieron hace un momento. Esto es normal. La pérdida de la memoria es uno de los factores que más destaca en la vejez.

De acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, el envejecimiento normal puede causar algo de olvido. “Es normal tener alguna dificultad para aprender material nuevo o necesitar más tiempo para recordarlo. Pero el envejecimiento normal no conduce a una pérdida drástica de la memoria. Tal pérdida de memoria se debe a otras enfermedades”, explica.

No existen métodos que garanticen en un 100 % la prevención de la pérdida de la memoria. Sin embargo, existen algunas acciones y actividades que pueden ayudar a disminuir el riesgo.

En ese sentido, el portal Clikisalud reveló que las frutas silvestres son una buena opción para prevenir la pérdida de memoria.

Por ejemplo, las bayas son ricas en antioxidantes que previenen el deterioro de las células cerebrales, pues un estudio hecho en la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, aquellas mujeres que comen al menos una taza de moras y fresas a la semana, experimentan un retraso de 2.5 años en deterioro mental, frente a las mujeres que no las consumen.

¿Cuándo debe haber preocupación por la pérdida de memoria?

Olvidar alguna tarea pendiente o dónde se dejaron las gafas o las llaves son situaciones cotidianas que pocos pueden negar haber vivido.

Mayo Clinic, explica que cuando se empieza a envejecer es común que se olviden con mayor facilidad las cosas, así como puede haber una disminución en otras habilidades de razonamiento. Pese a lo anterior, advierte que hay que saber diferenciar “entre los cambios normales en la memoria y la pérdida de memoria asociada con la enfermedad de Alzheimer y los trastornos relacionados”.

Señala que la palabra “demencia” es un término genérico que se utiliza para describir un conjunto de síntomas, tales como el deterioro de la memoria, razonamiento, juicio, lenguaje y otras habilidades de pensamiento. Se trata de una afección que se manifiesta de forma progresiva en el individuo y tiende a empeorar con el paso del tiempo, afectando su relacionamiento con el entorno y el desarrollo de las tareas de la vida diaria. “Con frecuencia, la pérdida de memoria que interrumpe la vida es uno de los primeros o más reconocibles signos de demencia”, dice la entidad.

Hacer las mismas preguntas una y otra vez; olvidar palabras comunes al hablar; mezclar palabras: decir “cama” en lugar de “mesa”, por ejemplo; demorarse más en realizar tareas conocidas, como seguir una receta; colocar objetos en lugares inapropiados, como por ejemplo, poner una billetera en el cajón de la cocina; perderse al caminar o manejar en una zona conocida; o tener cambios en el estado de ánimo o en el comportamiento sin razón aparente son otras señalas tempranas de la demencia.

La entidad sin ánimo de lucro explica que las enfermedades que causan daño progresivo al cerebro, y que tienen como consecuencia la demencia, son la enfermedad de Alzheimer —la causa más común de demencia—, demencia vascular, demencia frontotemporal y demencia con cuerpos de Lewy.

“El proceso de la enfermedad de cada una de estas afecciones difiere un poco. El deterioro de la memoria no siempre es la primera señal, y el tipo de problemas de memoria varía. También es posible tener más de un tipo de demencia, conocida como demencia mixta”, precisa.

Mayo Clinic señala que es prudente consultar al médico si a la persona le preocupa la pérdida de memoria, sobre todo en los casos donde se presenten los signos y síntomas descritos. Hay diferentes pruebas que ayudan a determinar cuál es el grado de deterioro de la memoria y diagnosticar la causa.