Una reciente teoría astronómica plantea un escenario extremo y poco común que, aunque distante en el tiempo, podría tener consecuencias devastadoras para la vida en la Tierra. El estudio fue realizado por los científicos Nate Kaib y Sean Raymond, quienes simularon los efectos del posible paso cercano de una estrella por el sistema solar.

Según explican, la Vía Láctea alberga millones de estrellas en constante movimiento, muchas de ellas orbitando cerca del centro galáctico. Algunas, como Próxima Centauri, podrían acercarse lo suficiente como para alterar el equilibrio gravitacional del sistema solar.

El estudio, basado en miles de simulaciones computacionales, mostró que en aproximadamente el 0,5% de los casos se producían eventos caóticos, como colisiones entre planetas o expulsiones de estos fuera del sistema solar.

Uno de los cuerpos más vulnerables detectados fue Mercurio, que en algunos escenarios impacta contra Venus o incluso cae en el Sol, desatando una cadena de movimientos orbitales que afectaría al resto del sistema. También se registraron situaciones donde Plutón era expulsado completamente.

Kaib explicó que si la distancia entre la Tierra y el Sol se modifica significativamente a raíz de estas interacciones estelares, el sistema solar podría perder su orden actual, lo que pondría en peligro la existencia de la vida tal como la conocemos.

¿Es inminente este escenario?

La hipótesis no busca generar alarma, sino entender mejor la dinámica galáctica y el rol que otros cuerpos celestes pueden tener en la estabilidad planetaria. Este tipo de estudios ayudan a ampliar la comprensión de la astronomía y de los riesgos, aunque sean remotos, que enfrenta la Tierra en su contexto cósmico.