La familia de Juan Carlos Lucena, el jubilado municipal asesinado brutalmente en enero de 2019 en el barrio Textil de Río Grande, expresó su profunda consternación tras enterarse de que el responsable del crimen, Eduardo Javier Acosta, accede a salidas diarias a pesar de haber sido condenado a reclusión perpetua. La noticia, que llegó a través de un video difundido recientemente, generó un fuerte malestar y sensación de injusticia en sus seres queridos.

Esteban Lucena, uno de los hijos de la víctima, relató en diálogo con Aire Libre FM la sorpresa y la decepción que experimentaron al ver que Acosta, lejos de cumplir una condena estricta, cuenta con permisos para salir diariamente de la cárcel y circular por la calle Cámpora, en el barrio Perón. Según contó, la familia se enteró de la situación por rumores y publicaciones en redes sociales, y posteriormente por testimonios de vecinos. “Hace seis años mataron a mi papá y nosotros creíamos que perpetua significaba estar preso sin salidas. Sin embargo, él puede ir y venir cuando quiere”, expresó Esteban.

La falta de información oficial por parte de las autoridades judiciales aumentó la frustración de los Lucena, quienes aseguran no haber recibido ninguna notificación formal acerca de estos beneficios otorgados al condenado. “Nosotros nos enteramos por los videos y por comentarios de gente del barrio. Nadie nos explicó por qué se le permite salir cuando la condena indica que no debería gozar de este tipo de permisos”, señalaron.

Esteban recordó que en ocasiones anteriores Acosta ya había recibido autorizaciones para asistir a eventos familiares, como el casamiento o para visitar a su madre enferma, pero la frecuencia actual de las salidas supera todo lo que habían conocido hasta ahora. “No entendemos cuál es el criterio de la Justicia. Yo tengo que ir a ver a mi papá al cementerio, mientras que la persona que lo mató puede caminar libremente por la ciudad”, lamentó.

La familia Lucena evalúa los pasos a seguir, sin descartar presentaciones formales ante el Juzgado para exigir explicaciones y reclamar por lo que consideran una afrenta a la memoria de Juan Carlos y a la justicia misma. “Nos sentimos burlados, porque la ley parece tener más contemplaciones para el asesino que para las víctimas”, concluyó Esteban.