
Este jueves se desarrolló la segunda jornada del juicio oral y público por el intento de homicidio contra Lautaro Ortigoza, ocurrido en Río Grande en 2023. La causa tiene como principal imputada a Mía Villanueva, acusada de haber participado en una emboscada junto a otros involucrados para agredir violentamente a la víctima en las inmediaciones del frigorífico CAP.
En esta nueva audiencia, prestó declaración un testigo clave: un adolescente de 16 años que, según la acusación, facilitó el contacto entre la imputada y la víctima a través de su cuenta personal de Instagram. El joven, que tenía 15 años al momento de los hechos y fue declarado inimputable, reconoció que Villanueva le pidió prestada la cuenta para enviarle un mensaje a Ortigoza y concretar un encuentro.
“Ella me pidió el favor de usar mi cuenta para hablar con Lautaro. Yo sabía que tenían problemas entre ellos, pero no sabía bien para qué lo quería citar. No supe cómo negarme”, expresó el testigo ante el tribunal. El menor también afirmó que había escuchado rumores sobre peleas entre la víctima y la imputada, y que por eso intentó no involucrarse directamente.
Durante su declaración, también reconoció que eliminó mensajes del chat de Instagram tras los hechos, aunque no especificó cuáles. Cuando se le preguntó si era común entre los adolescentes compartir cuentas en redes sociales, respondió que no, y que nunca antes le habían pedido algo similar.
Cabe recordar que en la etapa de instrucción, el mismo testigo ya había manifestado que “lo iban a cagar a palos”, en referencia al ataque planificado contra Ortigoza, lo que refuerza la hipótesis de premeditación por parte de los involucrados.
El juicio busca esclarecer las responsabilidades de quienes participaron en el violento episodio y determinar el grado de planificación detrás del ataque. La imputada Villanueva ya declaró en la jornada anterior, mientras que se espera que en los próximos días continúe la presentación de pruebas y testimonios.
La causa es seguida con atención debido a las características del hecho y al uso de redes sociales como herramienta para llevar adelante la agresión, en un contexto de violencia planificada que la fiscalía intenta demostrar con base en las pruebas digitales y los relatos de los testigos.
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