El Tribunal de Juicio de Río Grande absolvió a los médicos acusados por presunta mala praxis en la muerte de un recién nacido ocurrida hace una década. La sentencia puso fin a un proceso extenso que, según señalaron las partes, marcó profundamente tanto a la familia como al personal de salud involucrado.
La obstetra Carmen Pastori, una de las profesionales imputadas, reconoció que el tiempo transcurrido dejó huellas a ambos lados. “Fue bastante difícil durante estos 10 años, entiendo, para la familia”, expresó, y agregó que para los médicos tampoco fue sencillo “tener que vivenciar cosas que no son tan agradables”. Pese a ello, sostuvo que siempre estuvieron seguros de su desempeño: “Sabíamos que hicimos las cosas como teníamos que hacerlas”.
Pastori destacó que la comunidad acompañó al equipo durante todo el proceso: “La gente apoyó mucho, realmente demasiado”. También remarcó que el episodio que derivó en el fallecimiento del bebé fue un hecho totalmente excepcional: “Lo que pasó fue una alteración abrupta en la vena umbilical; no es algo habitual y no tenemos manera de evitarlo porque es algo abrupto”. En esa línea, aclaró que incluso con los avances tecnológicos actuales “tampoco se podría evitar”.
La profesional insistió en que existen escenarios donde, aun actuando bajo protocolos estrictos, los resultados no dependen de la intervención médica. “Podemos hacer todo con los protocolos indicados y de la mejor manera, pero a veces hay situaciones que no podemos evitar”, explicó, señalando que algunos malos resultados obstétricos no guardan relación con el obrar profesional.
Sobre la extensión del proceso judicial, Pastori no ocultó la carga que implicó: “Diez años es muchísimo tiempo para la familia y para nosotros también”. Aun así, reconoció que los plazos de la Justicia no siempre coinciden con los tiempos que esperan quienes atraviesan estas causas.
Finalmente, al ser consultada por el sentido del fallo, sostuvo: “Yo creo que sí, que se llegó a la verdad justa”. También admitió que la familia busca una reparación imposible, porque “una muerte no tiene manera de ser reparada”. Para el ámbito médico, consideró que el veredicto sienta un precedente necesario en una especialidad donde “trabajamos con vidas” y pueden presentarse circunstancias “imprevisibles, que no podemos manejar”.
Compartinos tu opinión