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“Somos incapaces de hacerle daño a la criatura”

Nahuel Sierra y su esposa, Alejandra Ruiz Leiva, tíos de C. la niña de dos años y ocho meses que ingresó al Hospital Ushuaia con marcas en el cuerpo y faltante de cabello negaron acusaciones. Afirman que tienen una mala relación con la madre de la niña y esta se autolesiona cuando vuelve de las visitas con su madre. “No voy a decir que no les pego un chirlo, pero jamás los maltraté. “Somos una familia decente”.

Los tíos de C., a cargo de la niña de dos años y ocho meses que ingresó al Hospital Regional Ushuaia el pasado miércoles en horas de la noche, acompañada por su madre y por su abuelo, con marcas en el cuerpo y faltante de cabello en varias zonas del cuero cabelludo, se acercaron a Diario Prensa para decir su verdad.

Conocida la noticia de la hospitalización de la menor luego de que se aplicara el protocolo de protección infantil, activado por los médicos pediatras que la recibieron en la guardia, una gran cantidad de personas se manifestaron a través de los medios de comunicación y de las redes sociales, repudiando a quienes en un principio fueron imputados de las lesiones que registraba la pequeña, por su condición de tutores provisorios.

Nahuel Sierra y su esposa, Alejandra Ruiz Leiva, sostuvieron en la redacción de este medio que “queremos aclarar cómo ocurrieron los hechos porque se están diciendo muchas cosas que no tienen nada que ver con la realidad”.

Nahuel Sierra comenzó señalando que “hace unos cinco meses atrás me llamó por teléfono el director de Acogimiento, Marcelo Sánchez, para informarme que mi hermana Loana, de la que estoy distanciado, estaba internada por sus problemas de adicciones y que no podía hacerse cargo de cuidar a su hija. Debido a ello habían decidido ponerla en resguardo y querían preguntarme si yo como tío estaba dispuesto a hacerme cargo de ella, a lo que inmediatamente con mi mujer dijimos que sí. Además, los dos sabíamos que C venía sufriendo muchos malos tratos por parte de su madre. En una ocasión mi tía vio cuando Loana le pegó una trompada en la cara y le dejó el ojito hinchado y en otra oportunidad supimos que se la entregó por tres meses a un hombre al que ella denominaba èl padrino´. Así fue que aceptamos a la nena en nuestro hogar, y se sumó felizmente a nuestros hijos R., de 17 años; J., de 11 y B., de 1 año y siete meses”.

Por su parte Alejandra Ruiz Leiva, acotó: “Cuando recibimos a C., no podíamos creer que estuviera tan mal. Estaba llena de piojos y de parásitos, sucia, con dermatitis en sus partes íntimas y con una enfermedad dermatológica, una especie de psoriasis nerviosa, que se le manifestaba con aureolas escamosas en la cabeza y el cuerpo. Estaba además siempre sobresaltada y entraba en crisis de llanto y gritos cuando la bañaba en la ducha. Le tenía terror al agua”.

Según Sierra “esos primeros meses fueron muy difíciles porque además Loana nos llamaba constantemente para amenazarnos. A Alejandra le dijo que iba a hacerla subir a un auto para que la violaran sus amigos y a mí, que los iba a mandar a que me golpearan. Otras veces nos decía que nos iba a incendiar la casa. Quería a toda costa que le entregáramos a la nena, pese a la prohibición que existía al respecto en un principio por parte de Minoridad, la que después se levantó y se cambió por un régimen de visitas supervisadas”.

Precisamente el día 9 de enero la nena fue retirada del domicilio del matrimonio Sierra por una asistente social que la trasladó para que se reuniera con su madre, bajo supervisión profesional. Sobre lo que ocurrió ese día, Alejandra relató que “preparé a la nena, la vestí y como la había bañado la noche anterior y tenía todos los pelitos parados, le planché el cabello para dejarla linda. Ella estaba contenta y se fue, como ocurría todos los miércoles, a ver a su mamá. Más tarde nos llamó el director Marcelo Sánchez para decirnos que ya no íbamos a tener más a la nena porque la madre había hecho un gran escándalo por una marquita que se había hecho con la punta de la mesa. Después fue la Policía a allanarnos la casa y a pedirnos que le entregáramos la planchita de pelo y me preguntaron si tenía líquidos para hacer alisado. Yo les entregue la planchita, sin poder creer lo que estaba pasando. También nos notificaron de que no podíamos acercarnos más a la nena. Una locura total”.

Consultados sobre la existencia de marcas en la cabeza, cara y cuerpo de la menor, certificados por los médicos del nosocomio local, tanto Ruiz Leiva como Sierra coincidieron en señalar que “C tenía un raspón en el ojito derecho que se hizo al golpearse accidentalmente contra la punta de la mesa y del jardín Los Enanitos vino con un raspón en la espalda. La verdad es que nosotros ya veníamos días antes sintiendo la mirada acusadora de la gente del jardín; nos miraban mal como si fuéramos unos abusadores. Esto se lo manifestamos a las asistentes sociales, quienes nos dijeron que no le diéramos importancia. Es más, nosotros también llevamos a ese jardín a nuestro hijo Benja. Un día la maestra “Nesi” nos contó que C le pegó nuestro hijo de 1 año y 7 meses y que cuando le llamaron la atención, la nena se tiró al piso y se golpeaba la frente una y otra vez contra el suelo. Nos dijo que la docente Valeria y otras maestras vieron la escena”.

Su tío, agregó al respecto que “en casa C también a veces tenía arranques de nervios, se tironeaba el pelo o se rasguñaba la cara hacia abajo, por eso le tenía siempre las uñitas cortas. Ella además tiene una psicóloga, Gisell, que nos había advertido que teníamos que tener paciencia porque era una nena que necesitaba mucha contención y cariño. Lo cierto es que esas actitudes de autolesionarse las tenía especialmente cuando volvía de las visitas con su madre. Cuando volvía siempre parecía muy alterada, muy triste. Cuando lo consultamos con Patricia, la asistente social, nos comentó que lo que pasaba era que Loana lloraba mucho y la abrazaba a la nena cuando la veía y que en una ocasión cuando ella con una sonrisa la trató de distraer y la llamó para traerla a casa, ella le dijo “¡¿De qué te reís hija de puta!?. Siempre es así, su frase preferida es “te voy a quemar” y los insultos”.

Preguntados directamente si en algún momento maltrataron a la niña que les había sido confiada en guarda, Ruiz Leiva y Sierra lo negaron rotundamente y afirmaron: “La nena es hiperquinética, muy activa y nerviosa. Como es re blanca como una taza cualquier roce le hace marca. El faltante de pelo es porque tiene, como ya dije, un problema de piel. Y los moretones son porque como todo chico de esa edad juega, salta y corre todo el tiempo”.

Con respecto a sí suelen aplicarle algún tipo de castigo físico a sus hijos, Alejandra Ruiz expresó que “no voy a decir que no les pego un chirlo cuando es necesario, pero jamás los maltraté. Y aunque a mí sí me golpearon cuando era chica jamás repetiría la misma historia con mis hijos”.

A su vez, Sierra respondió: “Yo no soy partidario de aplicarles castigos físicos a los chicos. Lo que hago es sacarles la Play, o las salidas, como correctivos”.

Acerca de algunas versiones que indicaban que existía también un conflicto por el cobro de la Asignación Universal por Hijo, el tío de C consignó “nosotros nunca percibimos un peso que nos aliviara nuestro modesto presupuesto familiar. Gobierno nunca nos brindó nada más que un poco de mercadería. Mi hermana en cambio tiene un plan Repsol y siempre cobró la Asignación Universal por Hijo, pese a que no tenía con ella a la nena. Y como no quería entregar el DNI de C, no podíamos tramitar la Asignación para cobrarla nosotros. Pero eso nunca fue un problema. Nosotros nos hicimos cargo de todo y el mes que viene pensábamos llevarla con nosotros de vacaciones”.

Finalmente, y acerca del verdadero fenómeno comunicacional que se dio en las redes sociales con gente que opinó sobre el caso, Alejandra manifestó que “yo soy pasante en Rentas de la Municipalidad y trato con el público. Mi marido también trabaja en el Municipio. Yo no quiero verme obligada a tener que pedir que me trasladen a otra área para no pasar malos momentos con gente que vaya a hacer algún escándalo porque no sabe cómo fueron las cosas realmente en torno a este tema. Solo quiero decirle a la comunidad que nos juzga que todo va a salir a la luz. Somos una familia decente que hizo lo mejor que se pudo para cuidar a C. Somos personas incapaces de maltratar a una criatura como nos quieren hacer ver. Y lo vamos a demostrar con el patrocinio del abogado Claudio Fadul, para que esto se aclare completamente”.

 

Fuente Diario Prensa

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