El chef riograndense Pablo Maravilla lleva casi dos años al frente de Tío Ennio, un restaurante enclavado en el casco antiguo de Altea, el pueblo alicantino que National Geographic eligió como el más bello de España. Desde esa terraza con vistas al Mediterráneo, Maravilla cuenta cómo convirtió un sueño en realidad junto a su pareja, Nati, y un equipo multicultural de once personas.

“Se dio la oportunidad de adquirir el fondo de comercio y plasmar nuestras ideas y el conocimiento que fui acumulando en años de cocina”, relata en Radio Fueguina. Antes de esta nueva etapa, Pablo había vivido en España, regresado a Río Grande y trabajado en distintos proyectos gastronómicos, incluso como gerente del grupo Tante Sara. La pandemia interrumpió planes, pero no su anhelo de volver a Europa: “Encontramos este lugar y fue un flash: dije ‘quiero este, quiero las vistas’ y arrancamos las negociaciones”.

El menú de Tío Ennio un restaurante de autor que fusiona gastronomía argentina y mediterránea combina raíces locales con guiños a su tierra natal: milanesas, empanadas, cortes de carne pampeanos, arroces caldosos de carabinero, pulpo a la parrilla y patatas bravas. “El toque argentino le da un plus importante”, reconoce el chef, mientras detalla que en su cocina trabajan argentinos de Formosa, Pergamino y Córdoba, además de un cubano, un nepalí y recientemente una joven española.

El desafío mayor, confiesa, no fue la cocina sino el desarraigo: “Lo más difícil es dejar a la familia. Extraño un montón, pero el día a día acá es tan intenso que se hace más llevadero”. Su esfuerzo ha dado frutos: en mayo ganaron las dos categorías del torneo local de tapas de Altea, lo que atrajo al público residente y consolidó su presencia en la escena gastronómica.

Maravilla celebra la tranquilidad de un pueblo que ahora vibra con turismo, pero que todavía permite “dormir con la puerta abierta”. Y aunque sus raíces fueguinas siguen intactas, su horizonte mira al Mediterráneo: “Si venís, trabajás y te manejás bien, salís adelante y podés proyectar una vida digna”.

Desde Río Grande, su familia sigue la aventura a distancia, orgullosa de aquel hermano e hijo que hoy cocina entre escaleras empedradas y cielos azules, llevando un pedazo de Tierra del Fuego a cada plato que sirve en Tío Ennio, el rincón argentino que ya se ganó un lugar en el corazón de Altea.