A pocos días de que venciera el plazo de 90 días que había pausado la implementación de una nueva normativa sobre el ingreso de carne con hueso a la Patagonia, el Gobierno nacional decidió extender la suspensión por otros 60 días. La medida busca dar tiempo a que lleguen respuestas formales de países como Chile y miembros de la Unión Europea, a quienes se consultó por los posibles impactos comerciales o sanitarios de modificar el actual estatus sanitario de la región.

La decisión fue oficializada este miércoles mediante la resolución 419 del Senasa, publicada en el Boletín Oficial. La normativa amplía la pausa establecida inicialmente por la resolución 186/2025, que había congelado la aplicación de una disposición anterior —la resolución 180/2025—, que autorizaba el ingreso de carne con y sin hueso, productos cárnicos y material genético desde zonas del país donde se vacuna contra la fiebre aftosa hacia la Patagonia, reconocida por su estatus libre de la enfermedad sin vacunación.

Tras el anuncio inicial en marzo, la normativa fue rápidamente cuestionada por productores patagónicos y distintos actores del sector agropecuario, que alertaron sobre el riesgo de perder mercados internacionales. Ante esta situación, se decidió suspender su entrada en vigencia y ahora, con el nuevo aplazamiento, se esperarán definiciones clave del exterior.

“El objetivo es esperar las respuestas de los países con los que se hicieron consultas formales”, indicaron fuentes oficiales. Por su parte, el secretario de Agricultura, Sergio Iraeta, explicó que el diálogo internacional fue promovido por pedido de los productores del sur: “Consultamos si la decisión podía representar algún inconveniente con Chile, con la Unión Europea o con el traslado de animales desde Tierra del Fuego a Santa Cruz, por ejemplo. Enviamos notas a los países y estamos esperando respuestas”.

Respecto del tránsito de ganado entre provincias argentinas que deben atravesar territorio chileno —como es el caso de Tierra del Fuego hacia Santa Cruz—, las autoridades nacionales afirmaron que ya se habría recibido una respuesta positiva: “No habría problema”. Sin embargo, todavía se aguarda confirmación oficial respecto del posible impacto que podría tener la flexibilización sanitaria en los mercados de exportación de carne ovina patagónica.

Desde el ámbito productivo, la reacción fue de fuerte rechazo. Varias entidades, como la Cámara de Frigoríficos Ovinos y Bovinos de la Patagonia y asociaciones rurales del sur, se manifestaron en contra de la resolución original. En un documento conjunto afirmaron: “La resolución 180 representa un retroceso sanitario y comercial que pone en riesgo los mercados internacionales ganados gracias al estatus libre de fiebre aftosa sin vacunación”. También advirtieron que la medida podría derivar en el abandono de explotaciones ganaderas, pérdida de empleos rurales y reducción de presencia estatal en zonas de baja densidad poblacional.

Uno de los puntos más criticados fue la supuesta falta de consulta previa con los países compradores, algo que —según denunciaron— debería haberse cumplido como parte de los protocolos internacionales vigentes en el comercio de carnes.

Además del aspecto sanitario y comercial, otro argumento a favor de la medida original fue el intento por reducir el precio de la carne en las provincias patagónicas, donde los valores superan ampliamente a los de otras regiones del país. En marzo, por ejemplo, mientras el kilo de asado se ofrecía a $8.200 en supermercados de la Ciudad de Buenos Aires, en el Alto Valle de Río Negro podía superar los $20.000.

La escasez de oferta local influye directamente en esos precios. Se estima que la región patagónica cuenta con unas 1,2 millones de cabezas de ganado bovino y un stock ovino cercano a los dos millones. Río Negro y Patagones concentran la mayor parte de la hacienda vacuna, mientras que Santa Cruz presenta un stock más reducido.

Desde 2001 rige en la Patagonia una política sanitaria diferenciada, establecida luego de un rebrote de fiebre aftosa en el país. Como parte de esa estrategia, se restringió el ingreso de carne con hueso desde regiones donde se aplica vacunación obligatoria, con el objetivo de preservar la condición sanitaria privilegiada del sur argentino.

Ahora, con la nueva prórroga, el Gobierno busca ganar tiempo antes de tomar una definición que podría tener efectos tanto a nivel interno como internacional.