El Gobierno nacional se encamina a fijar por decreto un nuevo aumento del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) y de las prestaciones por desempleo, luego de que fracasara la negociación con representantes sindicales y empresariales en el marco del Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, Vital y Móvil.
La expectativa oficial es que la norma que establezca el nuevo monto se publique en el Boletín Oficial en los próximos días, de modo que tenga impacto en los haberes que se perciben en diciembre. De esta manera, el Ejecutivo volverá a definir unilateralmente el piso salarial, tal como ocurrió en otras ocasiones recientes.
Actualmente, el salario mínimo permanece congelado desde agosto de 2025: el SMVM se ubica en $322.200 mensuales para quienes cumplen una jornada completa de 48 horas semanales, y en $1.610 la hora para los trabajadores jornalizados. Ese valor se sostuvo sin cambios durante septiembre, octubre y noviembre, debido a que no se oficializó ninguna actualización tras el vencimiento de la Resolución 25/2025.
A lo largo del año, el salario mínimo tuvo la siguiente evolución: en enero fue de $286.711; en febrero, $292.446; en marzo, $296.832; en abril, $302.600; en mayo, $308.200; en junio, $313.400; en julio, $317.800; y en agosto llegó a $322.200, nivel que se mantiene hasta hoy.
En la última reunión del Consejo, realizada el 26 de noviembre, las posturas quedaron muy distantes. La CGT y la CTA de los Trabajadores reclamaron que el salario mínimo ascienda a $553.000 a partir de abril de 2026. La CTA Autónoma, por su parte, exigió un valor de $736.000, argumentando que debe ubicarse “por encima de la línea de indigencia”.
Del lado empresario, la propuesta fue sensiblemente menor: $326.000 en el corto plazo y $349.000 desde abril del año próximo, alineado con la inflación esperada y con la posición del Gobierno nacional.
“Luego de pasar a un cuarto intermedio, y sin que ninguna parte modificara su postura, el Gobierno convocó a la sesión plenaria y anunció que, ante la falta de acuerdo, definirá el aumento por decreto. Durante los dos años de gestión de Javier Milei, el Ejecutivo ha aplicado siempre el mismo criterio: sellar el Salario Mínimo en línea con la propuesta empresarial”, señalaron desde la CTA Autónoma al finalizar el encuentro.
El monto del SMVM no solo determina el ingreso base de los trabajadores registrados con menores salarios, sino que también impacta de forma directa en varias prestaciones de la ANSES. Entre ellas se encuentran la Prestación por Desempleo y las asignaciones familiares, cuyos valores se calculan tomando como referencia el salario mínimo vigente.
En la actualidad, la Asignación Universal por Hijo (AUH) se ubica en $95.737,66 luego de la retención del 20%; en el caso de hijos con discapacidad, el monto asciende a $311.748,35 tras la misma deducción. La Asignación por Embarazo también queda en $95.737,66 netos.
La Prestación por Desempleo, por su parte, se mueve dentro de una franja equivalente al 50% y al 100% del salario mínimo: entre $161.000 y $322.000, según la normativa vigente y las últimas actualizaciones de la ANSES.
Más allá de estos programas, el SMVM funciona como referencia para la fijación de cuotas alimentarias, contrataciones laborales, determinados planes sociales y diversos esquemas de reajustes en el sector público y privado. En ese sentido, la definición del nuevo piso salarial tiene efectos de arrastre sobre la economía formal y sobre millones de hogares.
El debate se da en un contexto particularmente complejo para el ingreso de los trabajadores argentinos. De acuerdo con un informe del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag), actualizado a noviembre de 2025, el salario mínimo argentino se ubica en torno a los 225 dólares mensuales, el valor más bajo de América Latina y por debajo incluso de países como Bolivia y Paraguay. Costa Rica encabeza el ranking regional con un salario mínimo de 729 dólares.
Un estudio de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA profundiza este diagnóstico: entre noviembre de 2023 y septiembre de 2025, el SMVM perdió alrededor del 34% de su poder adquisitivo. La caída fue especialmente pronunciada en los primeros meses del actual Gobierno, con un retroceso del 15% en diciembre de 2023 y otro 17% en enero de 2024. Para septiembre de 2025, el salario mínimo real ya se ubicaba por debajo del nivel de 2001, previo a la crisis de la convertibilidad.
Según el Celag, dos tercios de la población vive con ingresos inferiores al promedio y el 77% de los hogares no supera los $800.000 per cápita. En ese marco, la definición del nuevo salario mínimo por decreto y el alcance que tenga la recomposición se vuelven factores decisivos para medir el impacto sobre el poder de compra de los sectores más vulnerables.
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