
Despegar.com recabó información entre clientes de toda Latinoamérica y logró dar a conocer cuáles son los cambios en el comportamiento de los viajeros. Entre ellos se destacan que buscan paquetes con fechas flexibles y una de sus principales prioridades es el protocolo de bioseguridad de los servicios que contratan.
También tienen claro que las aglomeraciones no son convenientes en estos tiempos y buscarán actividades que les permitan mantener la distancia social.
Con respecto a destinos, Estados Unidos y Europa se disputan el primer puesto entre los gustos de los latinoamericanos.
México y Colombia, probablemente por una cuestión de cercanía, prefieren visitar ciudades norteamericanas, mientras que los encuestados de Argentina y Brasil se inclinan por las capitales europeas.
Ciudades que más gustan en cada país
En cuanto a las ciudades más elegidas, los argentinos se inclinarán por la costa atlántica, Iguazú, Ushuaia y Bariloche; el resto de los países también tienen sus destinos nacionales preferidos.
Los brasileños, tentados por sus playas y el alto valor del dólar, tienen pensado visitar Maceió, Jericoacoara y Natal, verdaderos paraísos ideales para recuperarse del stress que les provocó la pandemia.
Los mexicanos también buscarán tenderse en la arena a tomar sol en las playas de la Riviera Maya, especialmente en Cancún que ocupa el primer puesto de preferencias.
Lo mismo harán los colombianos que durante el primer semestre del próximo año se volcarán a las magníficas playas de Cartagena, Santa Marta y San Andrés.
Los chilenos, al contrario, tienen pensado visitar el sur del país y recorrer los relajantes paisajes cordilleranos.
Cómo será viajar tras la pandemia
Las estrictas medidas de seguridad sanitaria serán una de las modificaciones que el pasajero enfrentará a la hora de viajar. En todos los aeropuertos del país ya se han instalando acrílicos protectores en el área de check-in y marcadores para mantener la distancia reglamentaria entre los pasajeros.
Las nuevas medidas serán de estricto cumplimiento
El cambio en las condiciones para viajar se advierte en el mismo ingreso al aeropuerto, donde es necesario hacer cola, con distanciamiento, fuera del sector de ingreso a la Terminal, para pasar el control sanitario de temperatura y datos, antes de acceder a un hall de check-in, donde sólo están habilitados unos pocos mostradores, pero suficientes para el escaso vuelo ocasional diario.
Un corredor perfectamente señalizado con cintas, pequeñas dársenas para la higiene con alcohol en gel, las posiciones para guardar la distancia establecida marcadas en el piso y las pantallas que separan al personal en los mostradores, son algunas de las medidas específicas implementadas en el proceso previo al vuelo, que incluye el llenado de una declaración jurada donde constan los datos y dirección del pasajero, que luego será entregada en destino.
A la hora de embarcar también se presentan cambios, debido a que al distanciamiento de rigor se suma un acceso al avión diferenciado de acuerdo a la ubicación en el mismo, ascendiendo en primer lugar quienes están ubicados en las filas posteriores de la aeronave y en última instancia, aquellos que viajan en la parte delantera, procurando en todo momento un movimiento en grupos reducidos para evitar aglomeraciones dentro del avión al acomodar el equipaje de mano en los compartimientos.
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