El presidente de la Cámara de Transporte de Tierra del Fuego, Darío Loreto, describió el panorama del sector como una verdadera “tormenta perfecta”. Entre aumentos constantes de combustible, subas internacionales de insumos, restricciones para circular con bitrenes por Chile y una economía sin previsibilidad, el traslado de mercaderías desde y hacia la isla se vuelve cada vez más caro y difícil de planificar.

Según detalló en diálogo con Radio Provincia, hoy un viaje completo Ushuaia–Buenos Aires–Ushuaia tiene un costo aproximado de 6 millones de pesos, cifra que incluye combustible, seguros, mantenimiento, permisos, neumáticos, salarios, amortización de equipos e impacto del tipo de cambio. “Todo lo que la empresa no puede absorber termina trasladándose al consumidor final”, advirtió.

Loreto reconoció que el sector está “en un momento decisivo”, intentando reducir al máximo los costos más pesados sin saber cómo evolucionará el escenario en 2026. En este contexto, uno de los rubros que más presiona sobre las cuentas son los neumáticos, condicionados por precios internacionales que compiten con las posibilidades de financiamiento local.

El dirigente explicó que hoy no hay faltantes de cubiertas, a diferencia de lo que ocurría meses atrás, pero el valor sigue siendo muy elevado. “El neumático local es más caro que el importado, pero si te ofrecen crédito y pago diferido eso te da un respiro. No tener que pagarlo cash es clave”, señaló. Países como China, Brasil o Estados Unidos presentan precios más bajos, pero Argentina compensa en parte con la opción de financiar las compras, algo vital en un sector donde la caja diaria define la supervivencia.

En paralelo, la Cámara concretó este año una de las inversiones más ambiciosas de la última década: la incorporación de 20 bitrenes diseñados específicamente para el corredor fueguino. Para ello se realizó un estudio técnico a lo largo de la traza San Sebastián–Río Gallegos–Buenos Aires, con la participación de ingenieros de la fábrica Herman, que analizaron ruta, banquinas, zonas con animales sueltos y puntos críticos.

Los nuevos equipos, apenas 4 metros más largos que un transportador de autos convencional, cuentan con un sistema de chasis quebrado que les permite doblar sin invadir el carril contrario y una suspensión totalmente neumática, que reduce el impacto sobre el pavimento y mejora la estabilidad. La inversión equivale a 40 remolques, con entregas escalonadas: 10 unidades este año y otras 10 a partir de febrero de 2026, debido a la limitada capacidad de producción de la fábrica. El objetivo es reducir entre un 20% y un 30% el costo del transporte entre Buenos Aires y Tierra del Fuego.

Sin embargo, Loreto remarcó que el potencial ahorro está condicionado por las limitaciones para operar en territorio chileno. “El costo bajaría muchísimo más si Chile nos dejara pasar con los bitrenes, pero no hay un convenio multilateral”, afirmó. La imposibilidad de que estas unidades de mayor porte circulen legalmente por el país vecino frena parte de la mejora esperada, ya que la conexión de la isla con el continente depende inevitablemente de ese cruce.

Donde el diagnóstico se vuelve más duro es en el capítulo del combustible. Loreto lo describió como un “costo imprevisible y distorsivo” que desarma cualquier esquema de planificación. “Buscamos bajar costos por todos lados y, de golpe, tenés aumentos semanales que no podés contener”, denunció. La falta de anuncios previos impide definir tarifas anuales o semestrales y obliga a recalcular continuamente, incluso cuando otros componentes como salarios o algunos insumos aún no se han actualizado.

El pago del combustible, mayormente contado, tensiona la liquidez de las empresas y empuja al límite su capacidad de sostener la operatoria. Por eso, Loreto reclamó al menos una pauta de previsibilidad: “Necesitamos que nos programen los aumentos para organizarnos, igual que las paritarias. Así como está, es imposible”.

Como conclusión, el titular de la Cámara de Transporte fueguina dejó un mensaje de advertencia: sin reglas claras y sin previsibilidad para el sistema logístico que conecta a Tierra del Fuego con el resto del país, el año 2026 puede convertirse en un período “extremadamente complicado” para las empresas del sector y, en consecuencia, para toda la cadena de precios que depende del transporte terrestre.