
Hace ya más de tres meses, todos los ministros de Educación del país aprobaron el protocolo para el regreso a las aulas. Hasta el momento, solo Formosa y La Pampa en las localidades más pequeñas tienen clases presenciales. La Ciudad de Buenos Aires, por su parte, busca recuperar la actividad en espacios públicos como plazas y calles.
Tanto San Juan como Catamarca habían comenzado el retorno gradual también, pero retrotrajeron la medida cuando sus gobernadores decretaron la vuelta a fase 1 tras la aparición de nuevos contagios. En ninguno de los dos casos, la marcha atrás se debió al registro de casos en las escuelas.
Si bien hoy parece lejano un regreso masivo, el protocolo aprobado en el Consejo Federal contempla pasos a seguir ante la detección de un positivo por Covid-19 en la escuela. El reglamento marca que ante la sospecha las clases se suspenderán por un día en el establecimiento para realizar tareas de desinfección.
El protocolo plantea dos escenarios que surgen de las estrategias en el aula que adopte cada provincia. Por un lado, la clásica distribución con los pupitres alineados hacia el pizarrón y, por otro lado, la recomendación que hizo el Ministerio de Educación nacional de trabajar con “aulas burbuja”, grupos de tres o cuatro alumnos que estudian en ronda siempre en conjunto.
1. Organización tradicional:
Para guardar distanciamiento, es probable que los cursos se dividan en dos grupos de 10 o 15 alumnos con asistencia alternada. Si se presentara, un caso sospechoso, todo el grupo al cual pertenece el alumno deberá abstenerse de asistir a clase hasta que se confirme o descarte la infección.
De confirmarse el caso, el grupo de alumnos deberá considerarse contacto estrecho y, por ende, guardar aislamiento durante catorce días a partir del último encuentro con el estudiante contagiado. El docente podrá seguir dando clases siempre y cuando haya mantenido el distanciamiento obligatorio de 1,5 metros. En caso contrario, si el hisopado da negativo, todo el grupo se reintegra al aula.
2. Aulas burbuja:
A diferencia del esquema tradicional, si se detecta un caso sospechoso, no hace falta aislar a todo el aula, sino solo al micro-grupo de pertenencia del alumno. Ante la confirmación deberán respetar el aislamiento durante catorce días a partir del último contacto.
En realidad, la primera indicación es que quienes presenten síntomas o sean contacto estrecho de un Covid-19 positivo, tanto alumnos como personal, no ingresen a la escuela. Para ello, el gobierno nacional recomienda el control de temperatura, el autoinforme y la realización de cuestionarios sencillos para la detección de posibles síntomas previo al ingreso a la institución.
A aquellos alumnos y docentes que presenten los síntomas propios de coronavirus, como cansancio, tos seca, pérdida de gusto u olfato, fiebre, entre otros, no podrán entrar a la escuela. En caso de que no se pueda asegurar la toma temperatura en cada establecimiento, las provincias pueden pedir una declaración jurada en la que se consigne la ausencia de síntomas como válido para ingresar.
Ante la identificación de síntomas respiratorios o fiebre, la escuela tiene que dirigir al alumno a un sector de aislamiento previamente identificado y contactar inmediatamente al Sistema de Emergencias de Salud local para su evaluación. “Debe notificarse toda sospecha de Covid-19 a la autoridad sanitaria local”, remarca el protocolo.
Los contactos de contactos estrechos no tienen indicación de aislamiento. Por ejemplo: un estudiante que esté en contacto con otro que fue categorizado como contacto estrecho por confirmación de Covid-19 en uno de sus padres, no debe guardar ningún aislamiento y puede seguir asistiendo a clases. El mismo procedimiento se aplicará a directivos, personal docente y no docente.
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