El gobierno probritánico de las Islas Malvinas celebró el acuerdo al que arribaron la Argentina y el Reino Unido esta semana tras una reunión del subcomité científico de la Comisión de Pesca del Atlántico Sur (CPAS), una instancia de negociación cuyo origen se remonta a 1990, pero que no se reunía hacía mucho tiempo, para reanudar el intercambio de información para la conservación de recursos eticólas, especialmente peces y calamares ilex.

La administración isleña manifestó en un comunicado que los datos compartidos darán un \"beneficio\" a \"la región del Atlántico sur\" y permitirán \"garantizar la sostenibilidad de las pesquerías\".

Este es un punto central para los isleños, que dependen de los datos científicos sobre los movimientos de los cardúmenes para acrecentar su producción y, además, tasar a precios convenientes los cotos de pesca para embarcaciones con banderas de terceros países.

Si bien la reunión de la comisión científica se da bajo el \"paraguas de soberanía\", que resguarda los intereses argentinos sobre el archipiélago, algunos diputados de la oposición exigieron que el Gobierno se abstuviera de iniciar estas conversaciones, por considerar, entre otros puntos, que la reapertura del Comité de Pesca del Atlántico Sures otorgarle a Gran Bretaña la condición de estado ribereño, con jurisdicción para tratar los aspectos referentes a la pesca en la región.

El Gobierno, sin embargo, desoyó las quejas y procedió de acuerdo al comunicado conjunto u \"hoja de ruta\" adaptado para la relación bilateral en septiembre de 2016, fuertemente cuestionado por la oposición y también por los aliados al macrismo, como Elisa Carrió, quien pidió entonces interpelar a la canciller Susana Malcoma y a su vicecanciller, Carlos Foradori, hoy alejados de sus cargos.

De acuerdo a la versión isleña, en las reuniones hubo representantes del sector pesquero malvinense, que propusieron cruceros de investigación conjuntos y la extensión de la agenda de intercambio a más especies de las actuales.