A consecuencia de las nuevas directivas del ENARGAS, las Bocas de Carga de GNC debieron optar por determinar la modalidad de abastecimiento para el período anual que dio comienzo el 1º de abril.

Muchas se volcaron por la facturación unificada del servicio a través de las Distribuidoras de Gas mientras que otras continuaron con el modelo desdoblado, en que también interviene una Comercializadora.

La disyuntiva de los expendedores se suscitaba en el precio de compra del Gas en Boca de Pozo, para poder decidir con datos más precisos la conveniencia de una u otra alternativa. Sin embargo, la insistencia de la autoridad regulatoria de inclinarse por alguna de las opciones con varios meses de antelación, definió la elección por intuición más que por conocimiento.

En este contexto, los que se inclinaron por las Licenciatarias fueron los más beneficiados ya que el costo del fluido se ajusta según un cronograma escalonado, por lo que el próximo aumento será en octubre.

Por el contrario, los que se volcaron por la otra posibilidad, seguramente sufrirán los efectos de la fuerte devaluación del peso ya que el precio ha sido fijado en dólares, y en consecuencia, de mantenerse la moneda estadounidense en los actuales niveles, a los estacioneros no les quedará más opciones que trasladarla al surtidor.

Tampoco fue muy conveniente la decisión de los expendedores bonaerenses, que acordaron con GASBAN y METROGAS relacionar el valor del producto al 15,5 por ciento de lo que cuesta el litro de nafta súper YPF del mes anterior.

Esta referencia, lejos de ser ventajosa, fue claramente perjudicial debido a los sucesivos aumentos que sufrieron y sufrirán los combustibles líquidos a causa de la suba de impuestos, y ahora a la disparada del dólar que lleva acumulado un 25 por ciento de incremento tras la contundente derrota del Gobierno en las PASO.