La sesión preparatoria de este miércoles 3 de diciembre en la Cámara de Diputados será mucho más que el acto formal de jura de los 127 legisladores electos y la renovación de autoridades. Sobre el recinto se proyectará el nuevo esquema de alianzas y tensiones que dejó la elección del 26 de octubre, junto con los acuerdos que cada fuerza pudo tejer —o dejó pasar— en las últimas semanas.

La Libertad Avanza (LLA) llega al recambio en condiciones de convertirse en la primera minoría de la Cámara baja, con la posibilidad de reforzar su peso en las comisiones estratégicas. En el oficialismo admiten que su margen para avanzar con las reformas prometidas no solo depende del número de bancas, sino también de la lectura política que surja de esa aritmética y del reacomodamiento de bloques que se viene dando en el Congreso.

En ese contexto, el dato político central será la continuidad de Martín Menem al frente de la presidencia de Diputados. Sin embargo, la verdadera pulseada se dará en un segundo plano: la definición del equipo de operadores parlamentarios que se encargará de negociar, uno por uno, los votos necesarios para las leyes clave del período de sesiones extraordinarias. Todo indica que la primera gran prueba será la reforma laboral y, luego, el tratamiento del Presupuesto 2026.

El armado de mayorías también se ve atravesado por un proceso de independencia creciente de varios gobernadores, en especial aquellos que quedaron sin un liderazgo claro dentro del PRO tras la pérdida de protagonismo de Mauricio Macri, o que se mantienen en los márgenes de la interna aún abierta entre el gobernador bonaerense Axel Kicillof y el kirchnerismo dentro del Partido Justicialista.

Mientras tanto, en el Senado el escenario es distinto. Allí, la flamante senadora Patricia Bullrich ya mostró su disposición a incomodar a la vicepresidenta y titular de la Cámara alta, Victoria Villarruel, como se vio en la sesión preparatoria de la semana pasada. Por eso, el poder real de La Libertad Avanza no quedará definido únicamente por el reparto de bancas, sino por su capacidad para articular mayorías circunstanciales en un Congreso fragmentado y con actores propios en ambas cámaras.

La disputa de fondo, no obstante, se concentrará en las comisiones, donde se cocina el ritmo y el contenido de la agenda legislativa. Para el plan de reformas del gobierno de Javier Milei, las llaves pasarán por Presupuesto, Legislación General, Juicio Político y Trabajo, ámbitos desde los cuales se ordenarán —o se trabarán— los proyectos más sensibles del Ejecutivo.

Aunque en los papeles se trate de una sesión de carácter protocolar, el resultado de este miércoles funcionará como un primer termómetro de la gobernabilidad parlamentaria del año próximo y de cuánto podrá el oficialismo transformar su capital electoral en poder efectivo dentro del Congreso.