
Ante la inquietud generada por los recientes movimientos sísmicos registrados en el sur de Tierra del Fuego, el reconocido geólogo e investigador del CONICET, Jorge Rabassa, explicó en diálogo con Radio Provincia que no es posible predecir los sismos, pero sí es fundamental estar preparados.
“Los sismos no se pueden predecir con la precisión que sería necesario. Lo que sí sabemos es que hay una zona sísmica elevada aquí en toda la región, en el extremo sur de América del Sur, y fundamentalmente, obviamente, nuestra provincia de Tierra del Fuego”, aclaró el especialista.
Rabassa señaló que no se trata de una sola falla geológica, sino de múltiples fracturas con distintos tipos de movimiento e intensidad, a lo largo de los Andes australes y de la geografía fueguina.
Sobre las réplicas detectadas tras el movimiento principal, detalló que afortunadamente fueron de menor intensidad y alejadas del continente. Sin embargo, advirtió:
“Debemos tomar conciencia de que esta es una zona sísmica 3, de acuerdo a la nomenclatura oficial del Instituto Nacional de Prevención Sísmica, que sólo es superada en intensidad por Mendoza y San Juan. Si ese sismo, en lugar de haber tenido su epicentro en el medio del océano y a gran distancia de zonas habitadas, hubiese ocurrido en la costa, habría arrasado con toda Tierra del Fuego.”
Consultado sobre la posibilidad de un tsunami en Ushuaia, Rabassa explicó que el riesgo es bajo debido a la morfología del Canal Beagle, aunque no descartó escenarios de riesgo en otras zonas.
“En Ushuaia la posibilidad de un tsunami es baja, y eso es como consecuencia de la morfología particular que tiene el Canal Beagle, que es un valle tectónico modelado por glaciares. Pero sí hay una zona de alta sismicidad de la cual no hay forma de saber con precisión la frecuencia de estos eventos.”
Además, indicó que los sectores más vulnerables frente a una eventual inundación son aquellos ubicados en cotas bajas respecto al nivel del mar:
“Si ese tsunami se produce, va a afectar el área costera entre el nivel del mar y aproximadamente la altura de 30 metros sobre el nivel del mar. Por encima de esa altura, la posibilidad de que haya un tsunami es remota.”
Finalmente, el geólogo aconsejó a la población que reside o trabaja en esa franja de terreno que se mantenga atenta a cualquier cambio en el comportamiento del mar:
“La recomendación que yo puedo hacer es que aquellas personas cuyas viviendas o actividades se desarrollen en esa faja costera entre 0 y 30 metros sobre el nivel del mar, traten de prestar la máxima atención al comportamiento del nivel del mar y si existe o no la llegada de olas a la zona costera, sobre todo atlántica y de la boca del Estrecho de Magallanes.”
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