Un día como hoy, pero en el 2019, el Gobierno de la Provincia de Tierra del Fuego, debió restringir la actividad pública por una ola de calor que azota a la provincia y que por la tarde alcanzó valores récords de temperatura, con 30,8 grados en la ciudad de Río Grande y 28 grados en Ushuaia.

Los picos que se registraron ese día, superaron en 20 grados los promedios usuales de temperatura del verano fueguino, que suele oscilar entre los 6 y 18 grados, con una media de 10 grados.

Ese día, el calor hizo que cientos de fueguinos y turistas se volcaran masivamente a lugares de esparcimiento al aire libre, para tomar sol o bañarse en aguas del Canal de Beagle, algo muy inusual.

Ante esta inusual ola de calor, la gobernadora de ese entonces, Rosaba Bertone, instruyó "a las dependencias de la administración pública centralizada y descentralizada para que arbitren las medidas necesarias a fin de establecer un régimen de guardias mínimas rotativas".

Esta decisión se dio por una cuestión edilicia dado a que las dependencias fueguinas están preparadas para calefaccionarse y no para enfriarse" y en torno a estas altas temperaturas, no se lograba templar los ambientes y adaptarlos al inusual clima caluroso.

De igual forma, los voceros del gobierno aseguraron que "no se trataba de un asueto", dado a que la planta política optó por continuar con sus actividades normalmente y por su parte, las guardias permitirían "garantizar los servicios mínimos sin afectar el normal desenvolvimiento de la actividad estatal".

Esta restricción tampoco afectó a las entidades públicas financieras, ni mucho menos a las actividades de colonias de verano y por su parte, el municipio de Ushuaia decidió no adherirse a la disposición del gobierno, por lo que la actividad fue normal en dicha área.