
La Prefectura Naval Argentina abrió una investigación tras el hundimiento de una embarcación oficial utilizada para tareas de monitoreo sanitario en la zona de Puerto Almanza. Se trata de la lancha “Estrecho de San Carlos”, adquirida recientemente por el Gobierno provincial y destinada a tareas vinculadas al control de marea roja.
El episodio ocurrió mientras la lancha permanecía amarrada al muelle. Según relataron habitantes de la zona, no hubo condiciones climáticas adversas que pudieran justificar el hecho: no se registraron vientos fuertes ni tormentas. El hundimiento se habría producido por la acumulación de agua de lluvia en su interior, algo que habría pasado inadvertido debido a la falta de controles.
El hecho encendió una serie de cuestionamientos sobre el mantenimiento y la supervisión de la embarcación, que depende de la Secretaría de Pesca y Acuicultura de la provincia. “Esto se podría haber evitado. No hubo tormenta ni viento. Fue desatención, nada más. Y nada menos”, expresaron vecinos de Puerto Almanza, que señalaron como responsables directos al secretario Carlos Cantú y al subsecretario Diego Marzzioni.
De acuerdo con testimonios recogidos en el lugar, la lancha se hundió completamente sin que se activaran los dispositivos de seguridad previstos para estos casos. La bomba de achique automática, que debió evacuar el agua de la sentina, no funcionó. Tampoco se disparó la balsa salvavidas que permanece en una caja hermética sobre el techo del vehículo, lo que genera preocupación por el nivel de exposición al que podrían haberse visto sometidos eventuales tripulantes.
“Si un auto necesita service, una lancha también. Hay que revisarla, subirse, mirar si tiene agua. Y si tiene, sacarla”, sostuvo un trabajador que pidió reserva de identidad. “Capaz estaba atada, desactivada o rota, no se sabe. Pero si hubiera habido ocupantes, en alguna de las recorridas que hacía la lancha por las costas del Canal Beagle, nadie se salvaba”, advirtió otro vecino.
La embarcación, de casco rígido y motor fuera de borda de 115 HP, había sido puesta en funcionamiento hace poco más de un año. Aunque su uso fue limitado –según estimaciones, no superó las 20 salidas–, las fuentes consultadas coinciden en que el mantenimiento fue prácticamente inexistente.
Tras el hundimiento, la “Estrecho de San Carlos” fue retirada del agua mediante un arrastre con camioneta y actualmente se encuentra fuera de servicio, sobre tierra firme, pero con serios daños en su motor e instrumental. También se evalúa el estado del casco, que podría haberse deteriorado durante el impacto o en el proceso de recuperación.
Hasta el momento, las autoridades provinciales no emitieron declaraciones oficiales sobre lo ocurrido. Prefectura continúa con las actuaciones para determinar responsabilidades y establecer si existió negligencia en el manejo y cuidado de la lancha.
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