
La secretaria de industria de la provincia, Alejandra Man, dialogó con Fm La Isla y brindó un amplio panorama sobre la compleja situación que atraviesa el sector industrial en Tierra del Fuego, en un contexto nacional marcado por la apertura de importaciones, la caída del consumo y el impacto de decretos que afectan directamente a la actividad productiva.
Man explicó que desde hace más de un año se realiza mensualmente la Comisión del Área Aduanera Especial, en la que participan representantes del Gobierno provincial, nacional, cámaras industriales, sindicatos y la Aduana. “En la última reunión se trató un proyecto que busca simplificar el régimen de acreditación de origen, modificando plazos y formularios, con el objetivo de reducir la burocracia para las empresas que exportan”, señaló.
La funcionaria fue clara al referirse al panorama actual del régimen de promoción industrial. Indicó que se atraviesa “una coyuntura de alta complejidad no solo en Tierra del Fuego sino también a nivel nacional”, y que el Gobierno provincial mantiene reuniones periódicas con sindicatos y empresas para tratar de evitar la pérdida de puestos laborales.
Uno de los puntos que remarcó fue la ausencia en la mesa de ciertos sectores claves, especialmente los vinculados a la comercialización. “Es difícil hablar de precios finales si no están presentes quienes forman parte de la cadena de valor. Cada empresa tiene su lógica comercial, sus márgenes, y eso influye en el precio al consumidor”, comentó.
En ese sentido, Man fue enfática: “El costo de fabricación no es el problema. Los datos que tenemos indican que la producción en Tierra del Fuego sigue siendo competitiva. El problema está en otros eslabones de la cadena”.
Consultada sobre el informe que estima una pérdida de 60.000 empleos industriales en el país para fin de año, la subsecretaria advirtió sobre el riesgo de un proceso de desindustrialización acelerada. “Nos enfrentamos a políticas nacionales que apuntan al libre mercado y la apertura de importaciones. En este escenario, competir con productos extranjeros —principalmente chinos— es prácticamente imposible”, advirtió.
Si bien reconoció que hay procesos productivos que deben actualizarse, sostuvo que “no se puede exigir una reconversión de un día para otro sin poner en riesgo miles de empleos”.
En medio del difícil contexto, destacó algunos proyectos de diversificación. Entre ellos, una iniciativa de la Unión Industrial Fueguina (UIF) para el desarrollo de módulos electrónicos para vehículos, lo que permitiría ampliar la gama de productos fabricados en la provincia y abrir nuevas oportunidades de mercado.
“Tenemos capacidad instalada, procesos aprobados hasta 2031 y una fuerte inversión en infraestructura. Hay voluntad de parte de las empresas de adaptarse, pero necesitamos un marco nacional que acompañe”, expresó Man.
“La preocupación central es la conservación de las fuentes laborales. Río Grande no está en condiciones de absorber una gran cantidad de trabajadores si la industria se cae. Reemplazar el empleo intensivo que genera el sector industrial es extremadamente difícil”, subrayó.
Pese a todo, Alejandra Man se mostró esperanzada. “Estoy convencida de que la industria fueguina va a levantarse. Pero necesitamos diálogo, consensos y decisiones políticas que acompañen esta reconstrucción. No podemos enfrentar este escenario solos”, concluyó.
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