
En diálogo con Radio Provincia, el subsecretario de Coordinación Pesquera y Acuícola, Diego Marcioni, se refirió al acuerdo firmado con Prefectura Naval Argentina para reforzar la fiscalización de las actividades marítimas y lacustres en Tierra del Fuego.
“El martes 27 se firmó un acuerdo con autoridades de la Prefectura Naval para el control y fiscalización de todo tipo de actividades que se desarrollan en aguas marítimas y lacustres provinciales”, explicó Marcioni. En ese sentido, remarcó que el convenio no se limita a la pesca, sino que también abarca “el resto de las actividades productivas, así como cuestiones ambientales”.
Uno de los aspectos más relevantes del acuerdo es su alcance territorial: “Atiende a toda la jurisdicción marítima de la provincia, incluyendo aguas adyacentes a Malvinas, Georgias y San Luis del Sur. Hablamos del mar abstracto, esa visión oceánica que tiene la provincia bicontinental de Tierra del Fuego”, sostuvo.
Frente a la consulta sobre si este acuerdo también incluye actividades de rescate o socorro ante incidentes en el mar, Marcioni aclaró que no: “Eso ya es una actividad inherente a la Prefectura Naval Argentina, que desarrolla con total profesionalismo. No forma parte del acuerdo porque ya lo vienen realizando”.
Asimismo, confirmó que la coordinación alcanza zonas clave como el Canal Beagle y la costa atlántica, y explicó que Prefectura también colaborará en tareas vinculadas a la marea roja: “Nos va a asistir en todas las tareas operativas para que el personal de la provincia pueda realizar la toma de muestras, el control, la fiscalización de cosechas o no cosechas y la protección de estas actividades”.
Además, destacó el rol histórico y presente de Prefectura en la provincia: “Prefectura viene colaborando con nosotros desde hace años, como si este acuerdo ya existiera. Siempre estuvo predispuesta a darnos una mano”.
Respecto al laboratorio provincial que realiza los análisis de toxinas, Marcioni aseguró que “viene desarrollando una actividad excelente”, y detalló que “recibió una adecuación edilicia e importantes inversiones en equipamiento, para sostener tanto la recolección artesanal como el desarrollo potencial de la acuicultura”.
En esa línea, subrayó los avances en el cultivo de mejillones: “Hoy ese proyecto está cosechando de 1.500 a 2.000 kilos por día ininterrumpidamente, elaborándose en la planta desde que se levantó la veda. Se trata de transformar un recurso natural, como el mejillón, en un producto con calidad certificada A, directamente de góndola”.
Marcioni valoró especialmente el impacto productivo y cultural del emprendimiento: “Esto es transformación, ampliación de la matriz productiva mirando al mar. Tanto que nos criticaban que la provincia no diversifica. Esto es diversificación”.
En relación con la tradicional industria electrónica de la provincia, aclaró: “Como dice nuestro gobernador y nuestro ministro, no se trata de reemplazarla. ¿Por qué reemplazar? Se trata de ampliar la matriz productiva. La acuicultura necesita tecnología, innovación y desarrollo. Son actividades complementarias”.
En cuanto a la expansión del sector, indicó que el cultivo de mejillones ya se consolida como una industria: “Hoy estamos hablando de una producción potencial en el agua de 400 toneladas, y para fin de año o mediados del que viene, entre 1.200 y 1.500 toneladas”.
Sobre los sistemas de producción utilizados, explicó que se trabaja con cuerdas colgantes (“longline”) con flotadores, un método que reemplaza a las tradicionales balsas de madera. Y en cuanto a los actores involucrados, señaló: “El principal productor es un emprendimiento que nació como experimental entre la provincia y la empresa privada Newsan Foods”.
Finalmente, concluyó que el camino emprendido apunta a establecer “un sistema productivo de escala, con beneficios participativos, que no se miden sólo en rentabilidad, sino en la infraestructura y los servicios que acompañan a los productores de menor escala”.
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