La ambientalista Nancy Fernández se pronunció con firmeza contra los proyectos que buscan introducir la salmonicultura en aguas abiertas de Tierra del Fuego, luego de que declaraciones de funcionarios nacionales y empresarios volvieran a poner el tema en agenda. “La salmonicultura tal como la conocemos en Chile no se va a instalar en Tierra del Fuego”, aseguró, y advirtió que cualquier intento en ese sentido chocará con la oposición de la comunidad.

Fernández aclaró que la actividad no está prohibida en la provincia, pero sí vedada en aguas marítimas y lacustres, por lo que sólo puede realizarse en tierra mediante sistemas cerrados de recirculación de agua. “Es una construcción de relato que no se va a poder implementar. Afortunadamente, tenemos una comunidad muy comprometida con este tema”, destacó.

También apuntó al empresario Rubén Cherñajovsky, del Grupo Newsan, quien manifestó públicamente su interés por modificar la Ley Provincial N.º 1335, que regula la salmonicultura. Según Fernández, ese modelo es inviable tanto ambiental como económicamente. “Es mentira lo que dicen sobre las inversiones. No las van a hacer porque la rentabilidad sería absolutamente inviable”, afirmó. Señaló que el negocio de fondo está en el procesamiento del salmón, y que probablemente esa etapa se trasladaría a Punta Arenas o Porvenir, donde ya existe infraestructura y mano de obra calificada.

Además, cuestionó el argumento de generación de empleo, comparándolo con el desarrollo de mejilloneras en Almanza, que —según indicó— no ha generado el impacto prometido. También relacionó el debate con un intento por desviar la atención del desmantelamiento del régimen industrial. “No va a haber forma de igualar la cantidad de puestos de trabajo que se van a perder en la electrónica”, sostuvo.

Fernández remarcó que el sector tampoco cuenta con condiciones energéticas para sustentar una industria de este tipo. “Ushuaia no está en condiciones de suministrarle energía ni siquiera a las viviendas. Cualquier desarrollo serio tendría que hacerse en la zona norte, donde hay energía y espacio”, opinó.

A pesar de su postura crítica, afirmó que si algún empresario apuesta por un modelo sustentable y cerrado en tierra, podría tener éxito. “Será un producto de alta calidad ambiental, con posibilidades reales de insertarse en el mundo. Pero no se van a animar a tanto. La comunidad no lo va a permitir”, concluyó.