De acuerdo con el informe revelado el día de ayer por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), el cual da cuenta de las condiciones de vida de la población argentina, Tierra del Fuego es la segunda jurisdicción del país con menor porcentaje de propietarios.

Según el informe realizado por el INDEC, en primer lugar, se ubica la Ciudad de Buenos Aires, con un total de un 52,9% de viviendas particulares ocupadas que son propias. A este valor, le sigue con un 55,9% Tierra del Fuego y completa el podio con un 57,8% Santa Cruz.

Además, las estadísticas aseguran que en Argentina el 65,5% de las viviendas ocupadas está habitada por sus propietarios. De igual forma, ocurre lo opuesto a lo que sucede en CABA, Tierra del Fuego y Santa Cruz ya que, las provincias del norte y el litoral del país son las que concentran la mayor cantidad de propietarios dueños de los lugares en los que viven.

En comparación con el último CENSO del año 2010, el 65,5% de la medida nacional representa una baja del orden de 6 puntos, contra un 73%, registrando que cada vez menos propietarios habitan sus propias casas.

Según el INDEC, en toda la extensión del país, el total de viviendas asciende a 17.800.000, donde el 20% de ese total no se encuentra ocupada. Es importante aclarar que los datos mencionados anteriormente corresponden a las viviendas que sí están ocupadas.

Los datos corresponden a la fuente de datos provisorios del Censo 2022 que realizó el INDEC y se encargan de evaluar las condiciones de vida de la población argentina y entre otras informaciones de importancia.

Por otro lado, el 92,3% de los inmuebles en el país posee agua potable y el 85,4% utiliza agua proveniente de la red pública.

También un 62,6% de las viviendas ocupadas cuentan con un desagüe a una red cloacal pública, reflejando un avance respecto de la medición de 12 años antes. Además, el 94,5% cuenta con baño o letrina dentro de su vivienda y el 90,9% tiene inodoro con botón mochila o cadena.

Por último, el 58,4% de las viviendas ocupadas cuentan con gas de red o electricidad para cocinar los alimentos, registrando solamente un punto por encima del porcentaje que existía en 2010.