
Ubicada en la isla Cerro Nevado (Snow Hill), a unos 12 kilómetros al oeste de la Base Conjunta Antártica Marambio, se encuentra la cabaña que albergó a los primeros exploradores que pasaron el invierno en la Antártida. Fue construida en el marco de la expedición sueca liderada por Otto Nordenskjöld, que comenzó en 1901 y contó con la participación del alférez de la Armada Argentina, José María Sobral.
El refugio fue habitado durante dos años por Sobral y otros integrantes del equipo científico. Se trataba de una estructura prefabricada de madera, recubierta con chapas de cartón impermeable, y distribuida en cuatro pequeñas habitaciones: tres destinadas al descanso, una para la cocina y un espacio central que funcionaba como comedor y gabinete de trabajo. También contaba con un altillo donde se almacenaban víveres y utensilios. Medía aproximadamente 6,5 metros de largo por 4 de ancho. Alrededor del refugio se levantaron otras instalaciones, como una estación de observaciones magnéticas y casillas para instrumentos meteorológicos.
Los integrantes de la expedición habían previsto ser recogidos por el buque Antarctic, al mando del capitán noruego Carl Larsen, hacia fines de 1902. Sin embargo, el barco quedó atrapado y destruido por los hielos. Parte de la tripulación logró alcanzar la isla Paulet a bordo de un témpano a la deriva.
Ante la falta de noticias, la Armada Argentina decidió enviar la corbeta Uruguay, al mando del teniente de navío Julián Irizar, que zarpó de Buenos Aires el 18 de octubre de 1903. La operación de rescate concluyó con éxito un mes más tarde, cuando se logró evacuar a los expedicionarios tanto en Snow Hill como en isla Paulet.
Décadas después, el 1° de enero de 1954, el capitán de Fragata Luis T. de Villalobos, al frente del ARA Bahía Aguirre, tomó posesión formal del lugar en nombre del Estado argentino. Las instalaciones fueron bautizadas como “Refugio Suecia”.
En 1965, mediante el decreto N° 6058/65, el Poder Ejecutivo Nacional declaró la cabaña como Monumento Histórico Nacional, y se adhirió a su vez a la designación de Sitio y Monumento Histórico Internacional (SMH) N° 38, establecida por la Reunión Consultiva del Tratado Antártico.
A partir de ese compromiso, comenzaron las tareas de restauración. Uno de los primeros pasos fue la remoción de una capa de hielo de 1,80 metros que cubría el interior del refugio. Este proceso se llevó a cabo con extremo cuidado para preservar los elementos originales, que habían permanecido congelados por más de setenta años.
Posteriormente, se realizaron trabajos en el exterior para reparar los daños provocados por el clima antártico. Durante la Campaña Antártica 1979/80, se recuperaron objetos dejados por la expedición original y se avanzó con su restauración bajo la dirección del Instituto Antártico Argentino.
Actualmente, la cabaña funciona como museo, resguardando piezas originales de la misión científica de Nordenskjöld entre 1901 y 1903, y es considerada la primera base científica permanente en el continente blanco. Su preservación y mantenimiento están a cargo de la República Argentina.
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