El Servicio Penitenciario debió cerró la Unidad de Detención de mujeres de la ciudad Rio Grande por falta de reclusas. Por tal motivo debieron devolver la vivienda del barrio San Martín, en donde funcionaba dicha Unidad de Detención de Mujeres. La misma vivienda era reclamada desde el Banco de la Provincia, ya que se encontraba desocupada.

Esta increíble situación se dio con los cambios de criterios judiciales, que beneficiaron con prisión domiciliaria a las últimas dos mujeres que estaban privadas de su libertad, por lo que esa unidad se quedó sin internas.

En ese lugar solo quedaba dos internarnos las cuales tuvieron estos destinos: La primera fue la condenada por homicidio, Karina Toledo, quien comenzó con la libertad condicional al cumplir dos tercios de su condena, y en las últimas semanas se otorgó el beneficio de la prisión domiciliaria a la procesada por homicidio Shalom Quiróz y a la condenada por asalto, Erica Amarilla, en el marco del nuevo criterio jurídico para la prisión preventiva.

De esta manera la unidad quedó sin internas y se devolvió las instalaciones al IPV, quien la pondrá en condiciones para solucionar una pequeña parte de la demanda habitacional