
“La idea es que los internos puedan colaborar pintando rejas, arreglando bancos de las escuelas, siempre haciendo hincapié en el trabajo hacia el interno, para que vayan tomando hábitos de trabajo y cuando salgan en libertad tengan este hábito incorporado”, manifestó. “En Río Grande hemos pintado las rejas exteriores de la escuela Antártida Argentina del barrio Austral y estamos muy satisfechos con ese trabajo porque el fin que buscamos es que los privados de la libertad puedan encontrarle valor al trabajo”, subrayó.
Aclaró que en Ushuaia todavía no se implementó la modalidad en las escuelas pero “tenemos internos haciendo reparaciones en la Casa de Gobierno, en una oficina de la Secretaría de Seguridad”.
No todos están en condiciones de hacer esta tarea: “Como lo marca la ley, el interno cuando ingresa está siendo observado y pasa por distintas etapas. Cuando sale a hacer trabajos, está en una etapa de confianza y en general pronto a cumplir su condena. No sale cualquier interno que no tiene la conducta que debe tener para hacer estos trabajos”, aseguró.
El convenio se limita al receso vacacional y “cuando inicie el ciclo lectivo, el interno ya no tiene que estar pintando escuelas. El convenio se firmó con el Ministerio de Educación con autorización de los jueces que están a cargo de los internos”, apunto el Dr. Canovas, agradeciendo la colaboración de los magistrados.
La experiencia se lleva adelante sin inconvenientes: “Los internos se comprometen cuando salen a hacer este trabajo, se los ve con entusiasmo y les hace muy bien también”, afirmó.
Reiteró que esta política “tiene que ver con la voluntad de inculcarle a los internos la voluntad de vivir conforme a la ley y mantenerse con el producto de su trabajo. Los internos cobran un peculio y en lugar de hacer los trabajos en la unidad carcelaria, lo hacen en las escuelas”, aclaró, respecto de la remuneración que reciben.
Asimismo, se mostró abierto a que otras instituciones se acerquen para hacer convenios similares. “Las puertas están abiertas para cualquier institución que quiera acercarse y plantear alguna necesidad, y van a ser evaluadas –garantizó-. La idea es abrir las puertas del servicio penitenciario y trabajar en la reinserción social, inculcando valores. No es fácil pero estos objetivos se pueden lograr”, confió.
Además espera “trabajar en conjunto con la gente del patronato de liberados, que hace el seguimiento del interno cuando sale en libertad; y que pueda continuar con estos trabajos y sepa las necesidades del interno que sale en libertad. Un interno que se sociabiliza es un bien para toda la sociedad”, resaltó Canovas.
Recordó que a fin de año los detenidos “hicieron 2.300 panes dulces que fueron repartidos a la gente más humilde. El interno lo hace contento y con ganas. Hay que sacarlos del ocio en que están adentro y empezar a darle importancia al trabajo. También hicieron estrellas para los arbolitos que han visto en la ciudad. La idea es que cuando salgan sean gente de bien”, concluyó.
Fuente Sur 54
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