El Servicio Nacional de Geología y Minería de Chile (Sernageomin), una organización técnico-científica muy seria, prestigiosa y muy bien calificada profesionalmente en el ámbito de detección y seguimiento del cordón volcánico de los Andes, mantiene actualizada la información referente a la situación pre eruptiva del voclán Hudson obtenida a través de la Red de Vigilancia Volcánica (Chile) que lo mantiene “bajo vigilancia” 24 horas y con cámara en tiempo real que permite ver el cono en su estado natural y actualizada, cuando las condiciones meteorológica así lo permiten.

La Sernageomin ha calificado el grado de peligrosidad eruptiva como “Alerta Amarilla”. Por sobre ella se encuentra la alerta anaranjada, donde se aprestan los medios y las evacuaciones y alerta roja, cuando la erupción del volcán se hace inminente.

El día 6 de enero, el organismo chileno localizó un sismo asociado a fracturación de roca a unos 4.300 metros de profundidad bajo la cresta del volcán. Las localidades más cercanas al cono de la montaña son Puerto Aysén, Puerto Chacabuco y Villa Castillo del lado chileno.

La erupción más reciente y violenta del Hudson que se conoce en la actualidad sucedió en 1991 y la última data del año 2011, cuando la pluma de cenizas llegó a Buenos Aires y otras provincias del norte argentino. Sin embargo, la más devastadora para la Patagonia y particularmente para Santa Cruz y Chubut, fue la del año 1991.

El estallido de la montaña de 1.900 metros de altura sucedió entre el 8 y 15 de agosto de hace 30 años y el volcán expulsó 2.500 toneladas de cenizas volcánicas que cubrió localidades de Chile y Argentina en un radio de 1.500 kms cuadrados. Los vientos en la Patagonia facilitaron el traslado de las cenizas y en campos donde se acumuló más de un metro de piedra pómez y cenizas, mató más de 500 mil animales lanares y más de 60 mil vacunos, entre otros (además de caballos, fauna autóctona, etc).

En Santa Cruz las localidades de Los Antiguos, Perito Moreno, Las Heras, Pico Truncado y Caleta Olivia, sufrieron el mayor impacto de la erupción volcánica de ese año. Pero de todas ellas fue Los Antiguos a la cual las cenizas transformaron en un pueblo fantasma donde el bellísimo Lago Buenos Aires lucía como una masa amorfa negra que se movía como un enorme monstruo, ante una pequeña localidad frutihortícola que junto con Perito Moreno, vivía en permanente oscuridad, durante el día.

Son precisamente esas localidades que en la actualidad y ante la eventualidad de un nuevo desastre, se encuentra tomando medidas preventivas para enfrentar una nueva crisis por efecto de la ceniza, que en ese año 1991 arruinó economías regionales, tanto en nuestra provincia, como en Chubut, Río Negro y Neuquén. (Agencia OPI Santa Cruz)