
Tanto en Río Grande como en Ushuaia rigen sendas prohibiciones para el uso de fuegos artificiales y material pirotécnico. Sin embargo, en las dos ciudades pudieron escucharse detonaciones de elementos adquiridos ilegalmente, que pusieron en riesgo la propiedad privada y la vida de las personas que la manipularon, tanto directa como indirectamente.
En Río Grande, ni bien el reloj marcó el primer minuto los estallidos se escucharon con fuerza en determinadas zonas de Chacra II y Chacra IV y en menor medida en algunos barrios de los asentamientos de Margen Sur.
En Ushuaia, en cambio, según los comentarios vertidos por muchos capitalinos a través de las redes sociales, se supo que las explosiones en algunas zonas duraron más de media hora. Así, los barrios donde la pirotecnia estalló con fuerza fueron San Salvador, INTEVU 6 e INTEVU 14.
Lamentablemente, el ingreso de pirotecnia clandestina a la provincia sigue siendo moneda corriente. La falta de controles habilita un negocio solapado que, por fortuna, todavía no ha causado ninguna lesión grave a quienes la manejan, a terceros o incluso a las viviendas emplazadas en zonas aledañas a los lugares donde se produjeron las detonaciones.
Qué dicen las ordenanzas
En el caso de Río Grade la normativa fue aprobada en 1994 durante la presidencia parlamentaria de Eugenio Santomé. La ordenanza 674/94 especifica la prohibición de tenencia, fabricación, comercialización, depósito y venta al público, mayorista o minorista y el uso particular de todo elemento de pirotecnia y cohetería, sea éste de venta libre o no, y/o fabricación autorizada.
Asimismo, la norma prevé sanciones duras: el incumplimiento a lo dispuesto será penado con multa de 500 a 5.000 Unidades Punitorias (UP), más el decomiso de los elementos probatorios de la infracción. Teniendo en cuenta que el valor de la UP equivale a un litro de nafta en la ciudad, las multas oscilan entre 6.500 y 65 mil pesos.
En el caso de Ushuaia, la prohibición es mucho más reciente. De hecho, por ser una ordenanza aprobada en noviembre del presente año, los recientes festejos se convirtieron en el debut de la veda que no tuvo el efecto esperado.
A instancias de un grupo de vecinos, el Concejo Deliberante de Ushuaia dio extenso tratamiento al tema y poco más de un mes antes de los festejos de fin de año se aprobó la normativa que al igual que en Río Grande, ahora requerirá de intensa difusión y los controles del caso para que se efectivice su cumplimiento.
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