La Aviación Naval llevó a Tierra del Fuego un operativo de entrenamiento de alta intensidad que concentra en esta ciudad aviones de patrulla, helicópteros y aeronaves de instrucción. El objetivo: chequear procedimientos, equipos y tripulaciones en uno de los escenarios más exigentes del país.

El despliegue comenzó el lunes 6 de octubre con el arribo escalonado de unidades a la Base Aeronaval Río Grande, que funciona como base de operaciones. Durante una semana se ejecutarán prácticas combinadas para evaluar la preparación alcanzada en 2025.

La primera jornada plena de actividad, el martes 7, estuvo dedicada a vuelos de navegación y reconocimiento sobre la Isla de los Estados y distintos puntos del territorio fueguino, paso clave para afinar rutas, referencias y coordinación en un ambiente austral.

Para sostener el plan, se movilizó un componente aéreo diverso. Desde Punta Indio arribaron dos Beechcraft TC-12B Huron de Vigilancia Marítima y tres T-34C-1 Turbo Mentor de la Escuela de Aviación Naval.

A esa mezcla se sumaron, desde Comandante Espora, un S-2T Tracker de la Escuadrilla Antisubmarina y un helicóptero UH-3H Sea King de la 2ª Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros. La I Brigada Aérea de la Fuerza Aérea Argentina brinda el apoyo logístico del movimiento.

En agenda figuran misiones de vigilancia y control marítimo, además de simulacros de ataque, con progresión táctica durante los próximos días. También habrá operaciones de asalto e infiltración en coordinación con efectivos del Batallón de Infantería de Marina Nº 5, con asiento en Río Grande.

El cronograma prevé el cierre de las actividades el lunes 13 de octubre, cuando las aeronaves iniciarán el repliegue a sus bases de origen tras completar la evaluación operativa.