“Me dieron el alta, así que volvimos nuevamente a la carpa. Estamos bien, me hicieron todos los controles habidos y por haber. Tuve algún pico de presión, pero ya está controlado así que nuevamente estamos acá”, señaló el secretario de Organización de la UOM Seccional Río Grande, Ángel Gordillo, al retornar al lugar donde se encontraba encadenado y en huelga de hambre, reclamando por el quite la tutela sindical que le dictó la jueza laboral Edith Cristiano y el posterior despido de la empresa Iatec, parte del Grupo Mirgor.

Gordillo ratificó que se encuentra “bien”, pero mencionó que podría levantar la huelga de hambre “porque creo que no vale la pena, creo que he sido abandonado y tratado peor que un animal. Porque estuve 10 días encadenado y siete días en huelga de hambre, durante los cuales nadie se preocupó ni se ocupó. Así que no se merece mi familia que me pase algo con mi salud, y entendemos que hay que estar fuertes para pelearla así que seguiremos con el reclamo haciendo todo lo que sea necesario hacer y con mucha más fuerza”, adelantó.

Aseguró estar “muy enojado, porque ni el Gobierno provincial, ni los políticos, ni la justicia, ni la empresa, ni la salud pública, ni los Derechos Humanos se han preocupado de mi persona. Así que, lo que me pasó a mí, es un claro ejemplo de que nadie se preocupa por las personas en esta provincia”, sentenció. El dirigente metalúrgico manifestó sentirse acompañado por “las compañeras y los compañeros, los amigos, la familia, los compañeros del Congreso de Delegados; pero después fue un abandono total”, reiteró.

Finalmente confirmó la continuidad de los planteos en el plano judicial, a través de su abogado el Dr Miguel Ayunes, con quien dijo se encuentran “esperando esas presentaciones, para ver que es los que resulta; mientras seguimos analizando cómo seguir”, concluyó Gordillo.