
En el marco de la exposición realizada por vecinos de Río Grande en la V Sesión Ordinaria del Concejo Deliberante también expuso Sulema Lodeiro y compartió sus experiencias con los concejales y la Comunidad.
Sulema Lodeiro fue la primera Ministra de Educación de la provincia, docente y fundadora del CENT 18 en el año 1973. Y al hacer uso de la palabra agradeció “a mis padres por la familia que formaron y como nos enseñaron y nos dijeron que la Patria es lo primero que hay que defender y respetar y sobre todo con mucha honestidad de lo cual me siento muy orgullosa”.
Recordó que sus padres “vinieron en el año ´37 y ´38 y formaron pareja y tuvieron 4 hijos y los cuatro somos docentes, y mis padres se casaron en la capilla de la Misión Salesiana”, y recordó que “en la familia hemos nacido en diferentes lugares, en el Frigorífico CAP y en el Hospital del Batallón 5, en la barraca dónde se atendía a la gente, y mi hermano nació el día más frío de Río Grande con 20 grados bajo cero”.
Recordó además que su papá “tuvo la primer frutería de Río Grande que se llamaba “La Competidora, en la calle 9 de Julio y Perito Moreno y yo estoy muy dolida porque no hay ninguna calle de Río Grande que lleve su nombre”, además recordó que “a los 12 años gracias a las gestiones de la hermana Berta Weber y Luisa Roso fuimos, con mi hermana, pupilas al colegio María Mazzarello de Morón porque mi mamá quería que sus hijas tuvieran un estudio y se ganaran su lugar en la sociedad”.
Lodeiro elogió a su papá a quien calificó como “ejemplar” dado que no tuvo éxito con la frutería y “se fue a cazar conejos a la Estancia San Martín, en pleno invierno y dormía debajo de los matorrales con su perro porque su finalidad era que nosotros fuéramos algo y ninguno de los 4 hermanos los hemos defraudado”.
Y señaló que en lo personal “me hice famosa por la gran cantidad de alumnos que tuve porque ya a los 17 años ya estaba trabajando. Cuando hablan de lo seria que fui, mis alumnos no saben del miedo que yo les tenía porque al ser muy chica yo tenía miedo hasta de que me pegaran y a los 21 años me llamaron del Don Bosco para trabajar pero yo quería a mis alumnos, nunca puse una amonestación, nunca ofendí a un chico, y los evaluaba lo mejor posible teniendo en cuenta lo que había pasado ese chico en su casa”.
También recordó, entre sus alumnos “a Mingo Gutiérrez, que me costó mucho que n o tuviera faltas de ortografía, pero lo logró, a Walter Buscemi que hacía poesía y no hacía los ejercicios de matemáticas al igual que Julio Leites y me siento orgullosa de muchos alumnos y valoro mucho a los que les costó llegar y muchos lo hicieron con sacrificios y familias forjadas por el frio, el viento y la nieve de Río Grande.”
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