Celestino, ex trabajador de ARMAVIR, comunicó su despido inexplicable al programa radial Hora 18.

El hombre comenzó diciendo “en la mañana temprano no me sentía bien para ir a trabajar, seguí el protocolo de la empresa: llamé a seguridad e informé que me sentía descompuesto. La seguridad me respondió diciéndome que no tenían permitido tomar ningún tipo de reclamo”. Luego, “decidí comunicarme con el gerente de RR.HH para informarle que me dirigí por teléfono con el guardia de seguridad para avisar que no me sentía bien para trabajar. Sin embargo, estoy esperando su respuesta, porque nunca me respondió”.

Por lo tanto, decidió “enviar un mensaje al WhatsApp que tenemos todos los trabajadores preguntando por qué no me podía recepcionar el mensaje por ausencia, una de las delegadas me dijo que averiguara la situación y cualquier cosa me informó. A las 09?hs me envía una captura de pantalla donde me notifica que fui desvinculado de la empresa, pero me entero por esta compañera de trabajo”.

Y continuó relatando, “a las 15:20?hs recibí el telegrama de despido donde indica que fue por justa causa peor, no informaron nunca nada. Esto es una trabajo sistemático que viene haciendo la empresa con el gerente de planta, con quien tuve un enfrentamiento una vez, cuando le solicité explicación sobre la actitud de sanción hacia una compañera inventando una causa, sin permitirle hacer un descargo. Él es un gerente que viene de Buenos Aires cada 15 días, lo denuncié con el Ministerio de Trabajo y nunca se presentó”.

Indicó que fue “al sindicato para hacer la presentación en el Ministerio de Trabajo, para llegar a una audiencia para recuperar mi trabajo, llevo 22 años allí

Según lo informado por el trabajador, estas actitudes y decisiones se toman con bastante regularidad y son más comunes de lo que uno se esperaría. Sucedió con una compañera que tenía dolencias por secuelas de una enfermedad previa y la desvincularon”.

“En un momento surgió una asamblea en la planta y comentaron que Daniel Puebla y otro compañero le mostraron un mensaje en el que supuestamente yo hacía la denuncia sobre las irregularidades en la empresa y que salía mi número de teléfono”.

Pareciera que dentro de la planta existe una persona infiltrada que comunica todos aquellos que se dice a la gerencia, ya que “luego del feriado no sabíamos si ingresamos a trabajar nuevamente, eran las 10 de la mañana y nosotros no sabíamos nada, en un WhatsApp interno. Hubo una charla donde el gerente nos dijo que a quien no le gustase cómo manejaban las cosas que suba a las oficinas arregle y se va. Yo le dije que nos estaba amenazando a todos, él afirmó mis palabras diciendo que sí que era un déspota y que era una amenaza”.