Estos emprendimientos tomaron el lugar de los precarios puestos de choripán y hamburguesas y, con distintas apuestas (algunas más elaboradas, otras menos) supieron ganarse su lugar entre los comensales de la ciudad. Además, por una cuestión de costos y practicidad, cada vez más pequeños empresarios apuestan a los «food trucks» en vez de montar un local tradicional.

Esto, sin embargo, amenaza con salirse de control por la escasa y casi nula legislación que existe en nuestra ciudad para normar una actividad sensible como la relacionada a los alimentos.

Por todo esto, la concejal Miriam «Laly» Mora impulsa un proyecto para regular la proliferación de los carros de comida y hacer desaparecer los grises legales de los que muchos se benefician.

«Hoy figuran como vendedores ambulantes y claramente no lo son. Por eso la idea es hacer una actualización y ampliación de lo que se permite y lo que no», explicó en diálogo con Radio Fueguina.

Asimismo, resaltó que incluso debe quedar en claro en esa ordenanza la obligación de contar al menos con un baño químico para los trabajadores y hasta regular el sector en donde pueden instalarse para llevar adelante estas prácticas.

«Podríamos pensar incluso en armar un patio de comidas y que todos se instalen en el mismo espacio y por eso hemos invitado a los dueños de los carritos. No tuvimos suerte y por eso estamos pensando en convocarlos nuevamente», adelantó.