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Río Grande

Río Grande rumbo al Centenario: La Cooperativa Eléctrica y su historia

La electricidad es un recurso natural que en los últimos siglos se ha convertido un elemento fundamental para el ser humano.

El viejo poblador riograndense dice que “Pinola y Martines fueron los hombres de la Usina”. Pinola había llegado a la isla en 1936, donde comenzó como mecánico en la Misión estando allí observó que los curas y los vecinos utilizaban electrógeno de 12 voltios.

En 1939, ya teniendo su propio taller utilizaba y disponía de 12 a 14 Kw, mientras que Esteban Martinez Martos, mecánico de Aeroposta, también contaba con su propio motor. Ambos se hicieron muy cercanos y comenzaron a trabajar juntos, pero para ello debían pedirles luz a los vecinos.

Cabe destacar que, a quienes se les pedía no eran vecinos cualquieras sino personas con nombres lo bastante pudientes y renombrados como: La Olga que tenía su boliche en calle Moyano, La Coca y su negocio en donde actualmente funciona Coihue, entre otros más.

Martos y Pinola, deciden armar una sociedad bajo el nombre de “Fomento” y a los mismos se les habilita la nueva Usina, ubicada en Rivadavia y San Martin. El primer motor fue un Lister Blackston, siguió un generador Siemens, hasta que por medio de un préstamo del Gobierno compraron dos motores Caterpillar.

Todo funcionaba muy bien, hasta que en 1948 las relaciones entre los socios llegaron a que la relación pase de ser amena a directamente salir a las piñas, generando este último suceso, a que se disuelva la sociedad. Pinola volvió a su taller y Martos decidió quedarse con la Usina.

El funcionamiento de esta última comenzaba desde las 07:00 hs hasta las 12:00 hs y de 19:00 hs hasta las 00:00 hs. Antes de generar los cortes de luz para no producir recalentamientos, les avisaban a los vecinos mediante un “guiño” de luz.

Los métodos de cobro del servicio en ese entonces, era de acuerdo con el consumo de cada vivienda, esto se verificaba mediante la cantidad de lámparas que se tenía en el hogar. Hasta que prontamente llegarían los famosos medidores.

En 1952, recibimos la visita del capitán de navío Jorge Suaya, en la mayor parte se dedicó a recorrer y observar las falencias y faltantes del lugar. Una de las falencias que notaria sería la severidad de los inconvenientes en la explotación del servicio eléctrico y con esto propuso la creación de la primer Cooperativa Eléctrica.

El nombre completo de la institución sería “Cooperativa de Servicios Públicos, Asistenciales, consumo y Vivienda”, con el expediente 17-Z- 0463 de 1952 pondría finalmente en marcha la institución teniendo como asesor técnico a Esteban Martinez Martos. Este espacio no prospera y finalmente no logra concretarse de forma sólida.

Martos continuará con el servicio eléctrico, con los motores Caterpillar que funcionaban a diésel, gracias a la llegada de la empresa petrolera norteamericana Tennesse se podría invertir el combustible del motor para que su funcionamiento ahora sea a gas. En 1960, adquiere dos nuevos motores Caterpillar D 375 de 150 Kw cada una, aportada por el Gobierno Territorial de Ernesto Campos. Luego, adquiriría con fondos propios otro motor.

Durante estos años se cumplirían los veinte años del Decreto N° 40800/34. En 1966, se conformaría la Cooperativa de Consumo Popular de Electricidad y Servicios Anexos de Río Grande, teniendo como presidente Jaime Serra y gerente Roberto Campanella.

Bajo los años de experiencia en el servicio eléctrico, para 1969 Esteban Martinez Martos asumiría la presidencia de dicha institución y con él vienen una serie de cambios que potenciarían el crecimiento de la Usina.

1980, la Usina crece de tal forma que su espacio es muy acotado, por ello toman la decisión de trasladarse a la calle Islas Malvinas, lugar en el que se encuentra hasta la actualidad. Estando allí incorporarían dos turbinas generadoras marca Solar 2500 KW de potencia, oriundas de los Estados Unidos.

Con el desarrollo de la Ley 19640 de Promoción Económica, en nuestro territorio se incorporan y renuevan los motores de la Usina. Para 1984, se produce una gran demanda de energía lo que produce que se incorporen dos nuevas turbomáquinas a la empresa SEGBA, el proceso de colocación y puesta en marcha tardo un par de años, ya que recién en 1987, la novel ciudad de Río Grande tendría un excedente en el suministro de energía eléctrica.

Ese mismo año, la institución decide expandirse aún más por fuera de la energía para adquirir el supermercado SADOS, espacio que permitió una gran salida laboral para mucho de los fueguinos hasta 1989 que fue vendida. En 1990, ofrece un servicio solidario de sepelios, una de las primeras instituciones en ofrecerlo.

Hasta la actualidad podemos encontrar a la Cooperativa Eléctrica en el mismo lugar, con los años incorporó nuevos motores y turbinas, han ofrecido diversos servicios y han hecho notar que hoy en día la energía eléctrica es un recurso más que fundamental no solo para el ser humano, sino que también, para su vida tanto social como laboral. En tiempos de Pandemia, la energía nos permite comunicarnos a la distancia desde la comodidad de nuestros hogares.

Asimismo, en pleno contexto de Pandemia, la situación epidemiológica incrementaba cada vez más, por ello, las personas que lamentablemente fallecieron por contagio de COVID-19 debían ser cremados. Bajo este contexto, se construyó el crematorio ubicado en cercanías de la Estacia Las Violetas, constituido por hornos de máxima tecnología, sala de espera, sector para servicios religiosos, entre otras comodidades para la familia del fallecido.

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