Así lo retrató Emilio Sáez, por la reapertura del flamante y moderno negocio que ya se encuentra trabajando con todo su personal. La Nueva Unión de Tolhuin abrió sus puertas en la mañana de este viernes 25 de febrero, luego del gran incendio ocurrido a principios de 2021, hecho que conmovió a la sociedad fueguina por la pérdida completa del local histórico.

En declaraciones con Minuto Fueguino, el propietario de la icónica panadería, Emilio Sáez, festejó la gran reapertura diciendo: “Hay cosas que no tienen palabras, estaba esperando ya hace bastante tiempo este momento porque es un antes y un después”.

Desde lo personal indicó que, “ahora hay otras metas, hay que ir dejando esto, que otros lo dirijan con otra impronta. Ojalá tomé el mismo rumbo que tenía, me emociona mucho”, añadió.

Los comienzos de La Unión relatado en primera persona

La panadería se fundó hace 38 años cuando en el lugar, a mitad de camino entre Ushuaia y Río Grande, vivían apenas 200 personas. Con los años, La Unión se convirtió no sólo en el lugar más emblemático de Tolhuin sino en una visita obligada de los turistas que llegaban a Tierra del Fuego.

“Hace 38 años que paso por mi vida primero la decisión de venir a Tolhuin y después la casualidad de haber encontrado en Ushuaia un amigo que me dio un pequeño lugar”.

A la edad de 30 años, Emilio comenzó el oficio de panadero, “sin cobrar y durmiendo arriba de las bolsas de harina, sin agua caliente, comía nomas. Aprendí lo justo y necesario para venir a Tolhuin sin imaginarme esto indudablemente, eso se fue dando con el tiempo. Me la rebusqué como pude, aprendí lo que pude, después la solidaridad, la buena onda y una serie de ingredientes – que no se cuales son- hacen que la gente nos elija, y esto es producto del acompañamiento de la gente de Tierra del Fuego”, evidenció con alegría.

Una nueva impronta

Tras años de arduo trabajo, a sus 68 años Emilio decide dar un paso al costado en la dirigencia del local, dejando esta nueva etapa en manos de una ´nueva generación´. “Intento dejarles ahora la panadería a varios de los chicos que se lo merecen, para que ellos le metan la impronta que le haga falta”.

“Me siento tremendamente feliz y más relajado porque ya está andando. Tengo mucha ilusión por los chicos que quedan, que siguen con esto, no los dejen caer para que le sigan poniendo toda la pila”, confesó.

De igual manera, consideró, “la gente se lo merece, seguimos trabajando para que tengan más comodidades, se sientan más en su casa, mejorando nuestros servicios, eso creo que es la clave de la panadería”, y añoro: “pensar que hace un año esto estaba demolido, ni siquiera habíamos empezado a tirar las paredes y hoy tenemos un lugar de última generación con la perspectiva que la gente nos da”.

“Días atrás esto parecía Lavalle y Florida, era una cosa que la gente venía y venia, así que eso nos da la pauta que este fin de semana va a reventar y que más lindo que eso”, expresó entre risas.

En base al apoyo de toda una comunidad y con un trabajo incesante, la panadería literalmente resurgió de las cenizas: “Le doy gracias a Dios por todo lo que me pasó porque me está haciendo ver que, esto que fue una desgracia grande, fue lo mejor que me pasó en la vida, porque el cariño de la gente, todo lo que sucedió, los que pusieron buena onda a la obra, siempre fue para bien”.

“Más allá del dinero que puso el seguro y demás, si no habría un golpe de gente a favor no sé si se hubiera logrado. Muchas veces me quedé acostado en mi casa porque las cosas no salían como quería y sin embargo cuando salía a la calle era: ´dale, dale, vos podes´, y ahí está, que más prueba que esta”, añadió Sáez.

La reapertura

A partir de este viernes 25 de febrero, la renovada panadería permanecerá abierta al público en su horario habitual de 7 a 23 horas. Sin embargo, Emilio adelantó que se analiza la posibilidad que el espacio donde venía funcionando el comercio, permanezca abierto las 24 horas con el objetivo de seguir brindando sus servicios por las noches.

“Ayer me quede hasta las 2 de la mañana acá con gente que estaba ultimando detalles, así que durante todos estos días vamos a ir terminando cosas, pero era eminente que teníamos que abrir. Lo único que pedí es que la gente se sienta como en su casa, esa debe ser la clave, después de ahí quizás tengamos las 24 horas abierto y el otro sector que teníamos allá, sirva para que un sereno se quede cubriendo a la noche porque ahí tenemos baños, mostrador, una heladera y una máquina de café. Quizás este comercio se cierre por las noches y nos traslademos para allá para poder cubrir ese espacio para la gente que se larga a la noche y no tiene donde ir”, detalló.

Con el local en marcha, el propietario habló sus metas personales expresó, “el 18 por ahí, me voy en moto de vacaciones si Dios quiere, después de ahí quiero estar acá, pero ya no con la responsabilidad que implica, esto es muy bueno, pero consume mucha energía y creo que a mi edad debo dar un paso al costado y son otros los que tienen que venir. Eso está bien, para eso uno ha sembrado y espero que lo lleven adelante, pero en definitiva seguiré compartiendo con mi gente porque de eso se trata”.

En consonancia con su pasión por la naturaleza, manifestó sus deseos de volver a las actividades en favor del medioambiente, “tengo algunos proyectos importantes porque a las cosas hay que seguirlas, entonces la verdad que el medioambiente me conmueve, y algún desafío voy a tener seguramente como para seguir aportándole a la comunidad. Una vez limpiamos la ruta, fue una locura, pero la ruta quedó limpia, eso seguro va a volver. En todo ese aspecto veremos qué es lo que surge, mi vida estará más direccionada a eso que a la panadería. Tengo mi hija que se incorporó a la panadería, mi hijo está en ese tema también así que veremos que surge de todo esto, la vida es así”.

Para finalizar, hizo referencia a la despedida que se le hizo en estas nuevas instalaciones a las Hermanas Carla y Claudia: “Fueron tres los motivos, el ARA San Juan, el doctor René Favaloro y la hermana Carla, sobre todo, porque inexplicablemente se va el 5 de marzo, creo que ahí la sociedad tiene una deuda pendiente, algo deberíamos hacer, son personas que están arraigadas, que forman parte del paisaje de Tolhuin y de Río Grande, no estoy tan seguro que se quieran ir”.

“Veremos si teniéndola acá, con la escultura que hay de ella y moviendo algunas cositas por ahí, sin revolucionar nada, vamos a hacer lo posible para que ellas se queden. Duele, porque son demasiadas fueguinas como para que la manden a otro lugar, me parece que no tiene mucho sentido, sé que se tienen que ir retirando de las funciones que tienen, pero no alejarse de la gente de acá”, cerró diciendo Emilio Sáez.