
La tragedia ocurrida el pasado domingo en el barrio Mutual de Río Grande, donde perdieron la vida una pareja y, más recientemente, una tercera víctima involucrada, generó una profunda conmoción social y reabrió el debate sobre la seguridad vial. Desde la Red Nacional de Familiares de Víctimas de Siniestros Viales reiteraron su llamado a la acción y señalaron que este tipo de hechos no pueden ser catalogados como accidentes cuando hay negligencia al volante.
“Es muy difícil decir buenas noches cuando hay que hablar de vidas arrebatadas por segundos de imprudencia”, expresó Gladys Bizzozzero, vicepresidenta de la Red, en diálogo con la Televisión Pública. En su testimonio, hizo hincapié en el dolor que deja la pérdida de padres en un instante y el impacto irreversible que genera en la vida de los hijos y familiares.
“Estos niños quedaron sin sus padres. Perdieron a su madre, a su padre, los pilares fundamentales. También murió quien provocó el hecho. Se destruyeron dos familias”, señaló.
Bizzozzero remarcó que no se trata de juzgar, sino de entender que estas tragedias son evitables. “Un segundo de irresponsabilidad y ya no hay vuelta atrás”, advirtió. Asimismo, pidió a las autoridades provinciales y nacionales la realización de un relevamiento urgente en zonas críticas como la Ruta Nacional N°3, donde ya se han pintado múltiples estrellas amarillas en memoria de las víctimas. “¿Cuántas más hacen falta para que algo cambie?”, cuestionó.
Según datos recabados, durante ese mismo fin de semana se contabilizaron 34 siniestros en el corredor vial que conecta a las principales ciudades de Tierra del Fuego. Para la Red, las estadísticas reflejan que los controles, las sanciones y la normativa vigente no alcanzan si no hay un cambio de conducta generalizado.
“La conciencia individual y colectiva sigue fallando. La vida no se recupera con una multa”, subrayó Bizzozzero, quien también reclamó una revisión profunda en la emisión de licencias de conducir y una educación vial integral que se aplique desde las infancias, pero que también sea parte activa de la formación ciudadana adulta.
Finalmente, dejó un mensaje contundente: “Cada estrella pintada es una vida que ya no está. Es un grito de dolor y de advertencia. Como sociedad, necesitamos ponerle un freno a esto. La vida es una sola, no tiene retorno”.
Compartinos tu opinión