
En Río Grande, la Comisaría de Género registra un promedio de cinco denuncias diarias por situaciones de violencia intrafamiliar o de género, cifra que se incrementa notablemente en fechas especiales como Navidad, Año Nuevo o el Día de la Madre. Así lo confirmó la comisaria Aguirre en una reciente entrevista, donde destacó que, pese a los avances legislativos, la problemática sigue siendo una urgencia social.
El espacio, en funcionamiento desde hace 13 años, cuenta con un gabinete interdisciplinario compuesto por psicólogos, abogados y trabajadores sociales que acompañan a las víctimas desde el primer momento, incluso antes de formalizar la denuncia. “Cada persona necesita su tiempo. Lo importante es ofrecer escucha y contención real”, subrayó Aguirre.
Gracias a la implementación de la Ley Provincial 1022, muchas medidas judiciales pueden activarse con rapidez. Aunque el plazo formal es de 48 horas, en muchos casos las resoluciones se dictan en solo algunas horas, gracias a la fluida coordinación con los juzgados de familia.
Actualmente, en la ciudad funcionan alrededor de 40 dispositivos duales activos: un sistema que permite el seguimiento en tiempo real del agresor mediante una tobillera electrónica, mientras la víctima lleva un aparato con botón de alerta. La comisaría se encarga de la instalación, notificación y monitoreo en colaboración con la División Comunicaciones.
Uno de los puntos que más preocupa al equipo es el crecimiento de casos de violencia en parejas adolescentes. “Tenemos denuncias de jóvenes desde los 13 años. Celos excesivos, control del celular o aislamiento de amigos también son formas de violencia. Muchos no lo reconocen como tal, y allí radica la importancia de las campañas de visibilización”, explicó Aguirre. A partir de los 15 años, los adolescentes pueden denunciar por cuenta propia, activando protocolos específicos e involucrando áreas especializadas en niñez.
La funcionaria remarcó que el abordaje no distingue género: también se reciben casos de varones víctimas de violencia familiar o de pareja. El procedimiento es el mismo: asistencia del gabinete, elevación de la denuncia y, si corresponde, intervención penal. “La violencia no tiene un solo rostro”, afirmó.
Aguirre también hizo hincapié en que cualquier ciudadano puede radicar una denuncia, incluso si no es la víctima directa. “Vecinos, docentes, profesionales de la salud o amigos pueden alertar. También está vigente la Ley Lucio, que obliga a reportar cualquier indicio de maltrato infantil”.
Sobre las críticas por demoras en la respuesta policial, fue categórica: “En situaciones de emergencia hay que llamar al 101 o 911. El móvil más cercano va inmediatamente. Luego interviene nuestra comisaría con personal capacitado. No estamos solos, trabajamos en red”.
El equipo que compone la Comisaría de Género está formado por unas 80 personas en turnos rotativos, prestando servicio todos los días, las 24 horas. Aguirre concluyó: “Muchas veces llegan en estado de crisis total. Nuestra misión es que sientan que no están solas, que tienen un lugar donde serán escuchadas y protegidas”.
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