
La historia de Miriam Aguirre es la de una mujer que, con valentía, decidió compartir su proceso de lucha contra el cáncer de mama para concientizar y, también, para pedir ayuda en un momento crucial de su tratamiento. Hoy, junto a su familia, organiza una rifa solidaria para poder costear una derivación médica a Buenos Aires, donde debe continuar con sesiones de radioterapia.
“En enero del año pasado, me hice una autoevaluación. Me toqué una bolita en el pecho, en la mama derecha. Empecé con los estudios y el 24 de abril me confirmaron que tenía cáncer de mama”, contó Miriam. A partir de allí comenzó un recorrido intenso: tomografías, laboratorios, cirugía y quimioterapia.
Afortunadamente, el tumor estaba localizado en un solo cuadrante, por lo que fue posible realizar una cuadrantectomía. Pero el alivio duró poco: aunque en quirófano los ganglios sentinelas habían dado negativo, el análisis posterior reveló metástasis en la axila. “Me hicieron una vaciamiento axilar. Después vinieron los ciclos de quimio. Fueron meses muy duros, físicamente devastadores. Te anula el cuerpo y la mente”, expresó.
Miriam recuerda con emoción el día de su última quimioterapia, el 17 de febrero. “Mis compañeritas me hicieron una despedida hermosa, con una corona, un retrato y me hicieron tocar la campanita. Las chicas de oncología me dijeron que nunca habían visto tantas reacciones en un video”, dijo, visiblemente conmovida. También destacó al equipo médico y de enfermería: “Mara, Mónica, Euge… siempre me recibieron con una sonrisa, con palabras de aliento. Son invaluables”.
Eric, su hijo, relató cómo vivió la enfermedad desde su lugar: “Es difícil porque uno no puede quebrarse. Tenés que estar fuerte para sostener, para acompañar. La clave fue hablar, cenar juntos, preguntar cómo estaba. Escucharla, incluso cuando sólo quería llorar de bronca e impotencia”.
La enfermedad cambió la dinámica familiar. “Mis hijos aprendieron a verme cuando ya no podía más. Me decían ‘mamá, andá a acostarte’, o me hacían masajes. El medicamento te anula las piernas, te traba la mente. Nunca en mi vida había ido a un psicólogo, pero después de la segunda cirugía me sentía tan bloqueada que necesité ayuda”, explicó Miriam, quien encontró alivio y fuerzas renovadas tras tres sesiones de terapia.
Superada la quimioterapia, Miriam debe continuar con 15 sesiones de radioterapia en Buenos Aires. Pero esta etapa representa un nuevo desafío, ahora económico: deben permanecer allí durante casi dos meses, sin poder trabajar. Por eso, su familia está organizando una rifa solidaria.
“La respuesta fue impresionante. En menos de 24 horas juntamos más premios de los que imaginábamos. Estamos pensando en cómo hacer el sorteo. La idea es que todo lo recaudado sea para cubrir la estadía y, si sobra algo, poder comprar insumos para el área de oncología del hospital”, explicó Eric.
Quienes deseen colaborar pueden comunicarse con la familia Aguirre al 2964623666. “Por pequeña que sea la ayuda, todo suma”, expresaron.
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