
A pocos días del inicio de la quincuagésima edición del Gran Premio de la Hermandad, el presidente del Automóvil Club Río Grande, Víctor Garcés, dialogó con Radio Fueguina y brindó detalles sobre la organización y el estado de los caminos, tanto del lado argentino como del chileno.
“Son días sin dormir, con el corazón latiendo un poquito más rápido de lo debido”, confesó Garcés, quien junto a la comisión trabaja a contrarreloj para ultimar cada aspecto de la tradicional competencia.
El cronograma oficial prevé que este miércoles se realice el reconocimiento de ruta, el jueves los objetados y la charla de pilotos, junto a la rampa simbólica a las 18 horas. El viernes será el turno del clasificatorio y el fin de semana se disputarán la primera y segunda etapa.
Sobre la revisión técnica, Garcés confirmó que “en un gran porcentaje” los inscriptos ya están aprobados, y que las observaciones detectadas fueron menores: “Faltó un bordado en un par de medias, la batería a cambiar o pequeños problemas mecánicos. La idea es que larguen todos, siempre dentro del reglamento”.
En cuanto al estado de los caminos, destacó que “hoy están bárbaros” y que se ha trabajado con maquinaria en distintos sectores, ayudados por el clima sin lluvias recientes. Del lado chileno, si bien hubo sectores con barro y nieve días atrás, las máquinas ya realizaron trabajos para optimizar el terreno. “Es una carrera rápida, pero hay que tener en cuenta que el clima puede cambiar de un día para el otro”, advirtió.
Consultado por la seguridad, Garcés resaltó que los binomios han tomado mayor conciencia y que las jaulas de seguridad cumplen con los requisitos exigidos. Además, el Comité Operativo de Emergencia (COE), coordinado por Pedro Franco, estará a cargo del operativo sanitario y de protección civil.
Los cierres de ruta ya fueron anunciados, una información clave para el público que asistirá a disfrutar de esta carrera única en el mundo, que une a Argentina y Chile en un recorrido de más de tres horas a alta velocidad.
“Es una competencia peligrosa y sobrehumana, porque el piloto y su navegante deben mantener la concentración al máximo durante todo el trayecto, enfrentando imprevistos en décimas de segundo”, recordó Garcés.
El dirigente cerró agradeciendo el apoyo de la comisión organizadora, el gobierno provincial, las autoridades chilenas y, sobre todo, de los propios corredores: “La única manera de cuidar esta carrera es cuidarse ellos y cuidar al público. Queremos que todo sea una fiesta”.
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